Solo 3 de cada 100 neumáticos que se venden en España son de invierno

Este tipo de cubiertas son recomendables para temperaturas por debajo de 8º C y con lluvia o nieve. Además, la “no movilidad” de temporales como “Filomena” aconseja prestar especial atención al líquido refrigerante, a los elementos de caucho del automóvil y a la batería, entre otros.

El neumático está detrás del 30% de las incidencias mecánicas en invierno
Redacción

10 de enero 2021 - 12:31

Solo el 3% de las ventas de neumáticos en España corresponde a cubiertas de invierno, una décima parte que en Europa, donde el porcentaje se eleva hasta el 30%, según datos de Euromaster, especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo. Los neumáticos de invierno son más apropiados para circular con seguridad y evitar accidentes cuando la temperatura baja de 8º C y cuando llueve o nieva, condiciones que se dieron en nuestra geografía entre el jueves y el domingo pasado, 10 de diciembre, con el temporal “Filomena”.

El neumático está detrás del 30% de las incidencias mecánicas en invierno, por lo que es recomendable que el conductor opte por una cubierta hecha por y para las condiciones meteorológicas de dicha estación, más aún si se tienen en cuenta sus numerosas ventajas y que muchos talleres ofrecen el almacenamiento gratuito de las cubiertas de verano.

Una de sus virtudes es que no precisa cadenas en situaciones de nieve, lo que evita instalarlas, complicada operación que muchos usuarios desconocen cómo realizar. Además, en contra de las cadenas juega un rodar poco homogéneo que produce pequeños golpes cuando se pisan los eslabones de la cadena, con el riesgo de dañar algunos componentes del sistema de suspensión-transmisión.

En las actuales condiciones invernales y en pleno temporal, tan importante como el neumático es el líquido refrigerante. Euromaster insiste en que es fundamental cerciorarse de que no haya perdido propiedades anticongelantes. De lo contrario, una operación que apenas cuesta 50 euros podría llegar a los 1.000, si se rompe el motor.

Ante las malas condiciones climatológicas, el usuario suele dejar aparcado su vehículo, lo que acentúa la “no movilidad” vista durante 2020 y que, según la DGT, se ha saldado con el 25% menos de desplazamientos. Esta inactividad puede inducir al conductor a pensar que su vehículo no sufre desgaste alguno, cuando, en realidad, parte de sus elementos se desgastan, especialmente, los que están hechos de caucho, como neumáticos y correa de la distribución. Concretamente, estos elementos se agrietan con el paso del tiempo, aunque el coche esté parado, sin que el conductor perciba el riesgo.

En el caso de los neumáticos, las grietas en la banda de rodadura ocasionan pérdida de adherencia, convirtiéndose en un riesgo para la seguridad vial, mientras que las grietas de la correa de distribución pueden traducirse en una costosa avería.

Otro elemento que padece de la combinación invierno y “no movilidad” es la batería, que sufre con los cambios de temperatura y que, si no se encuentra al 100%, puede descargarse en apenas 15 días si no se mueve el vehículo. Para evitarlo, es recomendable arrancar el coche cada 5 o 6 días durante 15 minutos, aproximadamente.

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