A vueltas con el lenguaje: líquido ¿anticongelante o refrigerante?
Euromaster explica el uso apropiado del término y recalca la conveniencia de una puesta a punto del vehículo en estos meses de bajada de temperaturas.
¿Anticongelante o refrigerante? Es habitual que muchos conductores hablen del líquido anticongelante, pero en realidad se llama líquido refrigerante. ¿El error? En realidad, “anticongelante” es una propiedad, pero no define todo lo que hace por y para el vehículo, tal y como señala Euromaster, especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo.
Lo cierto es que el líquido refrigerante tiene como principal misión encargarse de la refrigeración del motor y evitar que éste se sobrecaliente. Al mismo tiempo, en caso de temperaturas bajas, en efecto tiene propiedades anticongelantes, pero es sólo una de las muchas funciones de este elemento.
Así, entre otras, previene formaciones calcáreas y protege al motor de la corrosión, limpia impurezas y evita obstrucciones en su rol de limpieza como si de un detergente se tratase, o bien engrasa la bomba que mueve la correa de la distribución.
Por todo ello, es clave su mantenimiento periódico, de tal modo que es una operación que en taller puede rondar los 50 euros, pero, en cambio, si pierde sus propiedades, puede derivar en una rotura de motor y la factura, en tal caso, irse muy fácilmente a los mil euros.
No obstante, ese tiempo lo determina el fabricante, en algunos casos puede ser a los dos años y otros, en cambio, hasta cuatro años, si bien no hay un periodo concreto establecido.
Además, el líquido refrigerante es uno de los elementos que más acusan el paso del calor al frío, junto con la batería, los neumáticos y los limpiaparabrisas. Por este motivo, en pleno regreso de las bajas temperaturas, es fundamental una puesta a punto del vehículo en el taller, que incluya, además, el resto de puntos críticos, un examen gratuito y que en poco tiempo permite evaluar el estado del vehículo.
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