Meyle amplía su gama de productos con nuevos sensores de presión diferencial
La comunicación correcta entre el sensor y la unidad de control puede evitar daños indirectos y errores de diagnóstico.
Meyle ha ampliado su gama de productos con nuevos sensores de presión diferencial, con una cobertura de un parque de 26 millones de vehículos diésel en todo el mundo y 7 referencias, según indica la compañía.
De acuerdo con Meyle, un sensor de presión diferencial defectuoso (sensor DP) puede causar daños irreparables en el filtro de partículas diésel, con altos costos de reparación que pueden afectar hasta el turbocompresor y el motor.
Asimismo, la firma resalta que los diagramas de características del sensor DP Meyle-Original, fabricado conforme a las especificaciones para equipos originales, son compatibles con la unidad de control del vehículo, lo que reduce el riesgo de daños indirectos y diagnósticos erróneos en el vehículo.
De esta manera, desde Meyle señalan que es importante reemplazar inmediatamente un sensor de presión diferencial que esté defectuoso. Una falla del sensor es indicada al conductor mediante el parpadeo de una luz de advertencia en el tablero de instrumentos. Además, cuando se reemplace el filtro de partículas diésel será necesario renovar también el sensor de presión diferencial.
"Desde hace varios meses estamos registrando una mayor necesidad de sustitución y reparación de sensores de gases de escape en vehículos diésel", afirma Dominik Overmann, jefe del departamento Electrónica y Sensores en Meyle.
"En esos casos no siempre es necesario sustituir el filtro de partículas de diésel completo –cambiando un solo sensor se puede ahorrar a menudo mucho dinero y tiempo–. Por lo tanto, hemos optado deliberadamente por una ampliación de la gama de sensores de alta calidad para el sistema de escape, fabricados exclusivamente según las especificaciones dadas para equipos originales", añade Overmann.
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