Cómo reparar la cremallera de dirección de un vehículo
Existen diferentes tipos (mecánica, hidráulica y eléctrica) y su reparación es costosa si se trata de fugas.
Los vehículos actuales utilizan lo que se denomina la cremallera con dirección asistida, un mecanismo que permite girar las ruedas directrices para guiar y girar el coche sin esfuerzo. De esta forma, al girar el volante se acciona la barra de dirección, que está conectada con la caja de dirección, la cual envía el movimiento a las ruedas.
No obstante, aunque este mecanismo es el más habitual, los automóviles de gran tamaño, como autobuses o camiones, continúan usando el sistema de bolas recirculantes, según publica Goodyear en su blog Kilómetros que cuentan.
Entre las ventajas del esquema de piñón y cremallera está el tener menos piezas y componentes, y procurar giros más precisos.
Suele ir montado en la parte posterior del eje delantero de manera que cuenta con mayor protección en caso de impacto. Además, el sistema está formado por un piñón que gira a la izquierda o la derecha sobre una cremallera o riel cuando se mueve el volante, lo que convierte el movimiento circular en lineal, o viceversa. No obstante, en la dirección asistida el sistema y diseño es diferente al colocarse un pistón en la cremallera.
Existen diferentes tipos de cremalleras: mecánica (se utiliza poco por no tener asistencia el volante), hidráulica (puede ser servo motora o con sistema de poleas; la cremallera se aprovecha como pistón hidráulico para dar asistencia) y eléctrica (según la velocidad, adapta su dureza y facilita las maniobras para aparcar).
En caso de avería, la reparación y el coste dependen del tipo de cremallera. Así, la dirección asistida es más compleja y aún más las eléctricas, puesto que si se produce un fallo, hay que reparar el módulo al completo, no por piezas.
Por otro lado, desde Goodyear subrayan que se deben observar una serie de señales que indican que hay un fallo: desequilibrio en las ruedas y dificultad para mantener el vehículo en línea recta; vibración del volante; ruidos extraños al circular; dificultad para girar y devolver el volante a la posición neutral; bloqueo del volante al arrancar; fugas en el suelo de color rojizo o rosado donde se aparca, y desgaste irregular de los neumáticos.
Asimismo, la firma recuerda que las reparaciones asociadas a la cremallera de dirección son costosas, sobre todo si se trata de fugas porque lo habitual es que haya que reemplazar la cremallera al completo.
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