ZF recomienda cambiar el líquido de frenos regularmente
El sobrecalentamiento y la entrada de agua, principales causas de su deterioro.
La calidad del líquido de frenos es clave para un óptimo funcionamiento de los frenos. Cuanta más cantidad de agua haya entrado en el sistema, más pronto se llegará al punto de ebullición del líquido de frenos, lo que puede provocar burbujas de vapor y, en el peor de los casos, un fallo total del sistema de frenos.
Por ello, los expertos de ZF Aftermarket recomiendan a los talleres que sensibilicen a sus clientes sobre este tema y los animen a cambiar el líquido de frenos con regularidad. Los fabricantes recomiendan cambiar los líquidos de frenos DOT 4 y DOT 5.1 cada dos años.
En función del tipo y el tiempo que lleva usándose, las propiedades del líquido pueden variar y reducirse su efectividad. En un caso extremo, los conductores corren el riesgo de sufrir el efecto vapor lock; esto es, pisar el pedal del freno y no sentir ninguna resistencia ni el efecto de frenado esperado. Esta situación tan peligrosa puede producirse por las condiciones del líquido de frenos o la absorción de agua.
Un factor de riesgo es el sobrecalentamiento del líquido de frenos. Un fuerte calentamiento al frenar en una pendiente prolongada puede provocar que se supere el punto de ebullición del líquido. El resultado es una reacción de evaporación que, a su vez, puede provocar la formación de burbujas de aire. Cuando se aprieta el pedal una vez más, las burbujas de aire se comprimen, pero la fuerza de frenado se reduce enormemente y, en algunos casos, deja de transmitirse. Esa falta de transmisión provoca finalmente un fallo del freno.
Otra razón para una frenada defectuosa puede ser la entrada de agua en el circuito de los frenos. El punto débil aquí es a menudo el orificio de ventilación del tapón del depósito de reserva, que proporciona la ventilación atmosférica necesaria en caso de que varíe el nivel del líquido de frenos. A través de este orificio de ventilación puede entrar la humedad del aire o el agua procedente de lavar el motor o el vehículo.
Los latiguillos de los frenos y los retenes también pueden ser responsables del aumento de la cantidad de agua en el líquido de frenos, ya que el agua puede esparcirse a través de ellos. Los expertos de la marca TRW de ZF Aftermarket estiman que el contenido de agua de tres de cada cinco vehículos excede los límites de seguridad recomendados.
Además, demasiada agua en el líquido de frenos también provoca la corrosión del sistema de frenado. La sustitución de las tuberías, los pistones y los cilindros de los frenos tiene un coste muy elevado, por lo que cambiar regularmente el líquido de frenos minimiza la corrosión y supone a largo plazo un ahooro de dinero para el conductor.
Archivado en
No hay comentarios