Tenneco presume de suspensión inteligente
En 2025 el 15% del parque montará de serie alguno de estos tipos de dispositivos. Hoy sólo lo lleva el 2% de los coches.
Dual Mode, CVSA, CVSA2, CVSA2/Kinetic y Acocar. Los cinco nombres con los que la división Ride Perfomance de Tenneco (Monroe) denomina a sus sistemas de suspensión inteligente para automóviles. En fabricación desde el año 2002, lo equipan en la actualidad seis millones de coches de diez marcas diferentes. Y aportan un sexto sentido en la conducción, como reza el eslogan de Monroe para su promoción.
Es aún un porcentaje aún muy pequeño del parque, pero se espera que en 2025 el 15% de los automóviles incorpore de serie algún sistema de suspensión inteligente, frente al 2% actual. Las exigencias de confort, seguridad y estabilidad por parte de los conductores, y las constantes demandas de los constructores en materia de reducción de consumo, peso y diferenciación de su oferta con productos innovadores alimentan las esperanzas de crecimiento de estos dispositivos.
¿Y qué es una suspensión inteligente? La teoría, explicada por los directivos e ingenieros de Monroe a un grupo de periodistas españoles desplazado a Bélgica para una presentación, parece sencilla. Es un sistema electrónico que regula en todo momento los niveles de suspensión del coche gracias a válvulas electrohidráulicas en los amortiguadores, que miden las señales “a toda velocidad”, atendiendo a las condiciones de la carretera y la conducción y movimientos del vehículo.
Lo complicado es desarrollar esta tecnología. Aunque todo es posible si a la tarea se aplican los 352 empleados (ingenieros y técnicos) repartidos en los seis centros de ingeniería que el fabricante tiene en Europa. El más importante de ellos, el METC (Monroe Engenneering Technology Center), está en St. Trudien (Bélgica) y concentra casi a la mitad de ellos.
Más allá de conocer de cerca el portfolio de productos que compone la gama de suspensión inteligente de Monroe en el METC, lo esencial era ‘disfrutar’, en el amplio sentido de la palabra, de las prestaciones que otorgan a los coches que los montan. Y no eran unos coches cualquiera. Desde el MCLaren 570s y el Ford Focus RS (350CV), pasando por los SUV Audi Q3 y Volvo XC90, hasta las berlinas de alta gama Audi A5 y BMW Serie 4. De escenario, el trazado sinuoso y estrecho de las carreteras de Durbuy, en la región de las Ardenas, al sur de Bruselas.
Bien en modo “confort” o “deportivo”, bastaba con apretar un botón para seleccionar el tipo suspensión de cada uno de estos vehículos. Y notar de verdad ese "sexto sentido" en la conducción. Conviene saber que esta tecnología contempla dos desarrollos diferenciados: uno semi-automático, en fabricación, que corresponde a las gamas Dual Mode, CVSA, CVSA2, CVSA2/Kinetic de Monroe, y otro automático, aplicable todavía en prototipos, como el que probamos, de copilotos, en un Range Rover equipado con el sistema Acocar.
Tiempo hubo también para ver la fábrica de Monroe en la misma localidad de St. Truiden. En funcionamiento desde 1964, en esta planta se producen 32.000 amortiguadores diarios y 3,2 millones de componentes para válvulas, entre otros. Sólo el 5% de destina al aftermarket, pero eso es otra historia….
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