Fases del pulido de faros del vehículo

El pulido es la opción más sencilla para recuperar la transparencia de los faros.

Los faros deben ser transparentes para una correcta iluminación / Redacción Infotaller
Redacción Infotaller

30 de noviembre 2018 - 13:44

Con el tiempo, los faros se deterioran y van perdiendo transparencia. Cuando los cristales pasan de ser transparentes a blanquecinos o amarillentos, los faros pierden eficacia en su crucial función de iluminar la carretera, con el consiguiente riesgo.

La mejor manera de solventar este problema es sustituir los faros deteriorados. Aunque también es posible pulir los faros del coche, dejándolos en condiciones de volver a circular con seguridad y pasar la ITV. Es una opción más barata que la sustitución, pero hay que cuidar muy bien de seguir los pasos necesarios:

  1. Limpiar y enmascarar los faros. Obviamente, el primer paso para pulir los faros es limpiar la superficie para eliminar residuos. Basta con un trapo y agua jabonosa para acabar con los restos de suciedad. A continuación, hay que enmascararlos para proteger las superficies de la carrocería y los paragolpes de la lija y del pulimento. Para ello se aplica cinta de carrocero en las partes que no vayamos a tratar.
  2. Lijar. El segundo paso es eliminar el material deteriorado del faro. Se emplean varia slijas de distinto grano para retirar la superficie exterior desgastada del termoplástico causante de la opacidad del faro. Se empieza con una taladradora a baja velocidad y una lija de grano 400 -si el faro está muy deteriorado- para proseguir con las de grano 1.000 y 2.000, que eliminan los rayajos para dejar el cristal más transparente. En todos los casos, hay que ir mojando suavemente la superficie mientras vamos lijando, efectuar movimientos suaves, no dejar la máquina en un mismo lugar y limpiar al terminar. El resultado debería ser un plástico blanco, sin superficies brillantes.
  3. Pulir. El pulido propiamente dicho se hace con un pulimento líquido con siliconas. Se coloca en la taladradora un disco de lana sobre el que se aplica una pequeña cantidad de pulimento. También se aplica pulimento sobre el faro, extendiéndolo por toda la superficie. A continuación se pasa el disco con la taladradora, también a baja velocidad, sin insistir en un mismo lugar y sin apretar demasiado. Poco a poco, el faro irá recuperando la transparencia.
  4. Limpiar y barnizar. Una vez terminado el proceso, queda limpiar los restos de plástico con un trapo enjabonado y secarlo. La superficie del faro debería ser transparente y lisa al tacto. Para que el pulido sea duradero, es aconsejable aplicar una capa de barniz protector al plástico que sustituya la perdida con el pulido y dejarla secar bien. Aunque todo este proceso lo puede hacer el usuario, es preferible acudir a un especialista.

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