Conceptos básicos de las baterías de vehículos eléctricos
A la hora de evaluar las características de estas baterías, hay que tener en cuenta ciertas especificaciones.
La base del funcionamiento de las baterías que montan los automóviles eléctricos es el proceso químico conocido como oxidación-reducción (o redox). La energía que se desprende de esas reacciones se aprovecha para producir corriente eléctrica.
Al igual que cualquier otro tipo de batería, están compuestas por dos electrodos, ánodo y cátodo, sumergidos en un electrolito. En el modo de funcionamiento, el ánodo se oxida mientras el cátodo gana electrones, y en el de carga, el ánodo y el cátodo se invierten para que el primero gane electrones de nuevo. A la hora de evaluar las características de la batería de un vehículo eléctrico, hay que tener en cuenta estas especificaciones, recopiladas por TSG Charge y Tokheim Koppens Ibérica:
- Densidad energética. Es la cantidad de energía que puede almacenar una batería en relación a su peso. Se mide en vatios hora por kilogramo. (Wh/kg).
- Potencia específica. Es la potencia que puede proporcionar cada kilo de peso de la batería. Se mide en vatios por kilogramo (W/kg).
- Eficiencia carga/descarga. La relación entre la energía introducida en el periodo de recarga y la que entrega la batería realmente en el modo de funcionamiento.
- Ciclos de vida. Los ciclos completos de carga y descarga que soporta la batería antes de que haya que sustituirla.
- Velocidad de recarga. Es el tiempo necesario para cargar la batería.
- Coste. Hay que considerar tanto su precio como la influencia en el coste total del vehículo.
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