Bosch desarrolla una tecnología que reduce los atropellos el 58%
Concluye UR:BAN, el proyecto de conducción autónoma de Bosch centrado en la ciudad.
Al coche autónomo de Google, Uber en Alemania, los avances de Baidu en China y el robot taxi de Japón, se suma ahora el proyecto UR:BAN de Bosch, centrado en la conducción automatizada en la ciudad.
En este caso, no se trata del desarrollo de un vehículo autónomo en sí mismo, sino de la incorporación de una serie de tecnologías de asistencia al conductor por medio de las cuales el coche puede tomar el control en determinadas situaciones para evitar colisiones y accidentes en las ciudades.
Es en las urbes donde el tráfico es menos predecible. Los automóviles comparten las calles con bicicletas, motos, peatones, coches en doble fila… La tecnología de UR:BAN pretende, precisamente, sortear estos peligros.
“Una de las cosas que hemos enseñado a coches es a predecir lo que va a ocurrir a continuación, y ayudar, así, a los conductores a realizar una acción evasiva cuando se produce un inminente riesgo de impactar a un peatón”, afirma Lutz Bürkle, investigador del proyecto.
El asistente de maniobras de esquiva, consistente en sensores que “monitorizan de manera fiable el entorno del vehículo”, previene hasta el 58% de los accidentes con peatones, asegura Bürkle, porque “el procesador del sistema analiza los datos más de diez veces por segundo, por lo que puede predecir dónde estarán los objetos dentro de un segundo”.
De modo que, a una velocidad de hasta 50 km/h, el sistema ayuda al conductor a frenar y a realizar una maniobra evasiva.
Pero aún mejor sería evitar este tipo de situaciones, sobre todo en los casos en los que el conductor está distraído. La solución de Bosch —denominada “observación del conductor”— consiste en unas “diminutas cámaras situadas en el interior del vehículo que detectan si sus ojos están mirando en la dirección correcta”, dice Dietrich Manstetten, investigador de UR:BAN.
Para espacios reducidos y giros Bosch ha ideado un asistente específico, que reconoce las señales de paso de peatones y puede detener completamente el coche antes de que se pueda producir un accidente.
Incluso podría tomar el control de la dirección eléctrica para que el vehículo realice la maniobra correcta o, en el caso de una calle estrecha, avisar de que no cabe para evitar dañar los espejos retrovisores.
El proyecto UR:BAN, en desarrollo desde 2011, es un proyecto financiado con fondos públicos que ha reunido a 31 socios de sectores de automoción, electrónica, comunicación y empresas de software, así como universidades e institutos de investigación.
Los costes generales del proyecto, que ya está en pruebas reales en Alemania y California, ascienden a aproximadamente 80 millones de euros.
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