Almacenamiento de lubricantes y grasas: consejos y errores comunes de su conservación en el taller

Olipes recomienda las buenas prácticas de almacenamiento y rotación para evitar oxidación, generación de ceras o sedimentos.

Las temperaturas y los gases son aspectos que pueden deteriorar los lubricantes / Redacción Infotaller
Redacción Infotaller

21 de marzo 2024 - 13:02

Los aceites lubricantes y grasas, como la mayor parte de los materiales, se deterioran con el tiempo. Olipes recomienda mantener unas buenas prácticas de almacenamiento de los aceites lubricantes y las grasas, de tal modo que siempre estén disponibles cuando sean necesarios realizando una rotación de las existencias que garantice que se utilicen antes de producirse alguna pérdida importante en su rendimiento.

El entorno de almacenamiento afecta en gran medida a la vida útil estimada de los lubricantes y grasas. Tanto el calor elevado, más de +43ºC, como el frío extremo, menos de -18ºC, pueden afectar a su estabilidad. El calor aumentará el nivel de oxidación del aceite, mientras que el frío puede producir la generación de ceras y la formación de sedimentos.

Además, la exposición alterna al calor y al frío puede provocar la aspiración de contaminación y humedad en los bidones. Un rango de temperatura entre los -18 ºC y los +43 ºC es aceptable para el almacenamiento de la mayoría de los aceites lubricantes y grasas.

También la luz puede afectar al color y la apariencia de los lubricantes. Estos deben mantenerse en los recipientes originales opacos de metal o plástico en los que han sido envasados. Los lubricantes deben almacenarse en un lugar seco, preferiblemente en zonas de interior.

Contaminación en el aire

Especial cuidado –enfatizan desde el Servicio de Atención Técnica (SAT) de Olipes– merece evitar la contaminación de partículas o atmosférica. Los bidones y otros recipientes de lubricantes no deben estar almacenados en zonas donde exista un elevado nivel de partículas en el aire. Esto es especialmente importante cuando se vaya a almacenar un recipiente que haya sido utilizado parcialmente para su uso posterior.

Y a nivel ambiental, el oxígeno y el dióxido de carbono pueden reaccionar con los lubricantes y afectar a su viscosidad y consistencia. Para protegerlos adecuadamente, es necesario mantener sellados los recipientes de los lubricantes hasta que se vayan a utilizar.

En general, las buenas prácticas pueden resumirse de esta manera:

Las grasas tienen particularidades

Existen condiciones de almacenamientos adicionales que afectan particularmente a las grasas. Los cambios en las propiedades de estas durante su almacenamiento dependen del tipo de espesante y la concentración, los aceites base y los aditivos que han sido utilizados.

Una condición adicional que afecta habitualmente a las grasas es la separación de aceite. El aceite se separa de forma natural de la mayoría de las grasas. Las temperaturas que superen los +43 ºC pueden acelerar la separación del aceite. Si se elimina la grasa del bidón o recipiente, la superficie de la grasa debe allanarse (basta con remover la superficie con una espátula) para evitar la separación del aceite en las cavidades de la superficie.

“Si un envase cerrado con un producto ha superado la vida útil estimada, es posible que todavía pueda utilizarse. El producto debe ser analizado y comparado con las características del original. Para ello hay que mezclar bien el contenido del recipiente para asegurar que el producto es uniforme y tomar una muestra representativa para realizar el análisis. Si los resultados del análisis están dentro de las características originales, indicará que es adecuado para su uso. Después del análisis, si el producto no se consume a lo largo de un año, deberá ser destinado para su reciclaje”, afirma Fernando Díaz, codirector general ejecutivo de Olipes.

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