El diésel, principal perjudicado de un año inquietante para la industria del motor
Su cuota de mercado cae del 42% al 30,5% desde enero.
En un año marcado por un cambio en la tendencia de ventas de la industria del motor a partir de verano, el diésel queda como el principal damnificado de 2018. El continuo descenso en las ventas de vehículos propulsados por diésel ha llevado a este tipo de propulsión a cuotas de mercado similares a las de 1998.
Así, según los datos de Anfac, el porcentaje de ventas de turismos diésel ha pasado del 41,8% de enero al 30,5% de noviembre. De los 1.222.147 vehículos de este tipo que se han vendido en lo que llevamos de año, 413.086 corresponden a este carburante.
Este cambio de tendencia en la compra de coches diésel a vehículos de gasolina no es nueva: las ventas de coches propulsados por gasóleo ya llevan cinco años consecutivos de descensos.
La tendencia descendente del diésel se acentúa en 2018
Eso sí, la tendencia se ha acentuado este año. La preocupación provocada por los niveles de emisiones de gases contaminantes como el dióxido de carbono y los óxidos de nitrógeno ha generado una animadversión hacia el diésel por parte de diversas Administraciones públicas, que ha lastrado las ventas de vehículos con esta tipo de mecánicas.
En febrero, los ayuntamientos de Madrid y Barcelona exigieron al Gobierno la implicación en el "problema de Estado", aplicando medidas como el fin de las ventajas fiscales a los vehículos diésel. La nueva ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, por su parte, manifestó que el diésel tiene "los días contados. Durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y el aire que respiramos es suficientemente importante para ir pensando en un proceso de salida". El anuncio de un impuesto al diésel y las restricciones de circulación más estrictas para estos vehículos también han contribuido a su descrédito.
Una postura, y unas medidas, muy criticadas por las asociaciones del sector. Fabricantes y vendedores coinciden en que la criminalización del diésel es injusta y que el problema de la contaminación reside fundamentalmente en la antigüedad del parque. De hecho, entre enero y septiembre, las emisiones medias de CO2 de los coches nuevos vendidos en España han crecido un 1,8% respecto al mismo periodo del año pasado, por lo que la caída del diésel no parece haber contribuido a una disminución de la contaminación, sino más bien al contrario.
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