“No hay trabajos para mujeres o para hombres, eso viene en la persona”
Conocemos la historia de María Hevia, pintora de Pemcar Automoción, taller de chapa y mecánica en Puerto Real (Cádiz), con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo. Explica sus orígenes en un concesionario Citroën de Cádiz, el apoyo de sus padres y de su actual taller.
La presencia de la mujer en los talleres va en aumento. Ya sea de mecánicas, responsables de taller, administrativas o pintoras, cada vez hay más mujeres estos negocios. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, en Infotaller hemos querido acercar a nuestros lectores el ejemplo de María Hevia Ardila, pintora de coches en Pemcar Automoción, un taller de carrocería y mecánica en Puerto Real (Cádiz).
“Esto no me viene ni de padres ni de chica”, confiesa María, que añade que en el momento en el que le tocó decidir qué quería estudiar le llamó mucho la atención este sector. Aunque no sólo era pintar los coches lo que despertaba el interés de esta joven pintora.“Pintar aviones también despertaba mi curiosidad”, asegura.
María Hevia estudió un grado medio de carrocería en San Fernando. Tiene muy buenas palabras para sus profesores, en especial para uno del que dice “tuve mucha suerte, porque un profesor me ayudó a que esto me gustase mucho más. Le estoy muy agradecida por ello”.
María relata que después del grado medio comenzó a realizar un grado superior y admite que “compaginaba los estudios con el trabajo por las tardes”. "Cuando salía del colegio, comía y me iba a trabajar a la Citroën de Cádiz”. Añade que, posteriormente, estuvo trabajando en otro lugar que no tenía nada que ver con su profesión, pero mandó el curriculum a Pemcar “me dieron la oportunidad, estoy muy contenta y aprendiendo mucho”.
Apoyo familiar
Es cierto que, aunque cada vez es más normal ver mujeres en los talleres, todavía sigue llamando la atención. No obstante, cuando se le pregunta sobre el apoyo que le ha dado su familia, María explica que siempre se ha se ha sentido arropada. "Mis padres me apoyan y eso es lo importante”, sostiene.
Los malditos prejuicios
Sobre los prejuicios que ha podido tener algún cliente al enterarse de que era ella quien iba a realizar la reparación de su coche, en su taller actual no ha sucedido por el momento. Aunque sí revela que “cuando eché el curriculum en otros talleres, sí que noté un poco”. En particular, recuerda con tristeza y un poco de enfado el día que mandó su curriculum a una oferta de trabajo para la que estaba plenamenta capacitada y desde el taller en cuestión, al que prefiere no mencionar, le contestaron que no era necesario que lo hiciese. María cuenta que, a las dos semanas, se enteró de que en ese taller habían contratado a una persona "que ni siquiera tenía los estudios correspondientes”.
Explica que su apariencia puede chocar y más en este sector, pero eso no limita su capacidad de trabajo y apreciación por el detalle. “Soy muy 'canijita', mido menos de un metro sesenta, pero después creo que doy lo que hay que dar, no importa el tamaño”, explica. Y para muestra, la fotografía que ilustra este reportaje, en la que se ve a María Hevía subida a una caja para poder pintar un BMW de grandes dimensiones. Pero que no impide que haga perfectamente su trabajo.
“Lo que más me gusta es pintar”
“Lo que más me llama la atención y lo que más me gusta es pintar, pero ahora estoy aprendiendo también carrocería y eso me gusta, me llama la atención”, repite con entusiasmo, considerando que ha elegido “la mejor opción” para su futuro.
Por ello, María anima a todas las mujeres y chicas que les gusta esta profesión a luchar por conseguir su objetivo. “Yo he tenido mucha suerte, no puedo hablar mal de los talleres. Lo podemos hacer igual de bien o mejor que los hombres, se suele decir que nosotras somos más perfeccionistas”, añade.
Capa a capa
Para terminar, María cree que es posible que en los talleres más pequeños sí que haya más prejuicios a la hora de contratar a una mujer, “pero sí las mujeres empezamos a visibilizarnos, esto se volverá normal, lo que ayudará a que estos prejuicios desaparecerán”. “Yo animaría a todo el mundo”, concluye María, porque “no hay trabajos para mujeres o para hombres, eso viene en la persona”.
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