¿Cambias o reparas? Claves para la sustitución de lunas
Arreglar la luna es más económico y ecológico, aunque en ocasiones no es posible.
Las grietas en la luna del vehículo son algunos de los desperfectos a los que los profesionales mecánicos se tienen que enfrentar en el día a día. Conocer la gravedad de la imperfección y actuar con rapidez son claves a la hora de realizar la reparación.
Hay diferentes factores que influyen en la reparación o sustitución de una luna. El primero de ellos es el tamaño de la grieta. Los expertos recomiendan reparar las grietas, siempre que no supere el tamaño de una moneda de dos euros. Se trata de imperfecciones que son resultado de pequeños impactos en el parabrisas mientras se conduce.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que las grietas no ocupen el ángulo de visión del conductor, ya que compromete un elemento de seguridad del vehículo. Además, deberá estar alejada del borde del parabrisas, al menos, 2,5 centímetros.
La reparación siempre será la primera opción que elijan los clientes del taller, ya que se trata de una actuación con un menor coste y además, siempre es más ecológico. Sin embargo, hay casos en los que no es posible llevarla a cabo, como el caso de grietas de mayor tamaño o que estas se encuentren en las ventanillas laterales o la luna trasera.
Por otro lado, el profesional no debe dejar ninguna imperfección en la superficie para evitar que vuelvan a producirse fisuras, posiblemente de mayor tamaño, si el vehículo circula por vías pedregosas o con asfalto irregular.
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