La peritación, fundamental para la rentabilidad del taller… y de las aseguradoras

Alerta Altayr de que determinadas prácticas en la peritación de las aseguradoras inciden directamente en la facturación del taller, que le hace perder rentabilidad en la misma proporción que ellas la ganan por cada trabajo no contemplado.

Muchas aseguradoras utilizan baremos que son más bajos que los de Cesvimap o Centro Zaragoza / Redacción Infotaller
Infotaller

15 de diciembre 2021 - 13:06

Altayr, Asociación Laboral de Talleres y Recambistas, afirma que la correcta peritación del vehículo es fundamental para la rentabilidad del taller y que es óptima cuando se facturan todas y cada una de las operaciones realizadas durante la reparación, al tiempo que indica que de esa misma peritación también depende la rentabilidad de las compañías de seguros, que es directamente proporcional a las ausencias que presente.

Por tanto, en una nueva de su blog, aconseja a los centros de reparación que estén alertas a una serie de prácticas habituales de las aseguradoras, que buscan ahorrar a costa de las peritaciones, tales como no incluir una serie de trabajos en los partes de valoraciones, con la intención de hacer cumplir la locución latina utilizada en derecho procesal “quod non est in actis non est in mundo”; es decir, “lo que no está escrito, no existe”.

En este sentido, y referido a la mano de obra, señala prestar atención a incluir los desmontajes necesarios para la reparación o pintado del vehículo, ser especialmente meticulosos con las horas en la reparación de la carrocería, que las aseguradoras tienden a reducir, y ojo con la manipulación de los baremos de pintura, como la no inclusión del “daño fuerte” de pintura por sistema, el difuminado de piezas adyacentes para igualar en colores problemáticos u obviar la constante de mano de obra en el trabajo de pintura.

Pintura y recambios

En cuanto al material de pintura, Altayr alerta del uso de baremos propios de las aseguradoras, que son mucho más bajos que los de Cesvimap o Centro Zaragoza, los más utilizados y creados, por cierto, por compañías aseguradoras. También cita, entre las prácticas habituales de las compañías de seguros, la valoración de tipos de pintura más baratas, como metálica en lugar de tricapa, o la tasación, por lo general, con marcas de pintura low cost; por ejemplo, líneas de pinturas con tecnología anticuada de primeras marcas que se venden más baratas que las más nuevas.

En materia de recambios, advierte sobre la no inclusión de juegos de grapas, que en ocasiones cuestan bastante, la no contemplación de cambio del recambio, lo que se traduce en reparaciones imposibles a bajo coste.

El resultado de estas prácticas, que solo son las principales, se traduce cada año en varios miles de euros de diferencia entre las valoraciones de los peritos de las compañías y las que deberían ser. Unos miles de euros que se multiplican si se incluyen otras prácticas encaminadas a imponer a los talleres el precio de su mano de obra.

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