El sector repara 76 millones de vehículos en accidentes de tráfico leves en dos décadas
Chapa y pintura
Los seguros desembolsan cada año entre 3.000 y 3.500 M€ en reparar automóviles involucrados en estos incidentes.
Entre 1999 y 2018, se han producido en España 37,8 millones de accidentes de tráfico leves, por lo que las aseguradoras ha tenido que reparar unos 76 millones de coches que habían sufrido algún desperfecto.
Asimismo, los seguros desembolsan cada año entre 3.000 y 3.500 millones de euros para reparar los automóviles que se ven involucrados en este tipo de incidentes, según explica Unespa en la presentación de su campaña ‘Estamos Seguros’.
La patronal destaca que las pequeñas colisiones son un reflejo de la evolución económica de un país. De esta forma, en tiempos de bonanza crecen los desplazamientos por razones de trabajo y ocio, y eso se plasma en un aumento de la siniestralidad.
Prueba de ello es que el año con más accidentes de tráfico leves atendidos fue 2007. Aquel ejercicio se produjeron 2,24 millones de colisiones. Una cifra que contrasta con los 1,73 millones de choques acaecidos en 2013.
No obstante, la cantidad de accidentes de tráfico leves es bastante estable a lo largo de un ejercicio, si bien en agosto la reducción del tráfico en las principales urbes se traduce en una bajada significativa de las colisiones.
El resto del año se produce una cantidad de accidentes proporcional al peso de cada mes (28, 30 o 31 días) en el conjunto del año. Sin embargo, donde sí se percibe una estacionalidad clara es a lo largo de la semana. Los días laborables son los más problemáticos, en especial, los viernes y los golpes de chapa caen con fuerza los sábados y tocan suelo en domingo.
Por otro lado, la organización destaca que en estos 20 años se han reducido tiempo medio para resolver un accidente de tráfico leve de 45 a seis días como resultado de la implantación de los convenios de indemnización directa por parte de la industria del seguro hace ahora 25 años.
Hasta los noventa, cuando dos coches colisionaban, las aseguradoras procedían a aclarar cuáles habían sido las circunstancias del accidente con el fin de atribuir la culpa a uno u otro conductor y, por extensión, identificar qué compañía debía asumir el coste de la reparación. Entre medias, los clientes estaban un mes y medio sin su vehículo, con los inconvenientes que esto suponía para su vida cotidiana.
Para mejorar la calidad del servicio y agilizar los trámites, el seguro español puso en marcha los convenios de indemnización directa (Cide y Ascide) en 1994, con los que la aseguradora “no culpable” asume los costes de reparación de su vehículo, aunque este no se encuentre asegurado a todo riesgo.
Posteriormente, la compañía responsable del accidente asume los gastos de esa reparación. Para simplificar la gestión, el pago de las aseguradoras “culpables” a las entidades aseguradoras “no culpables”, no se hace en función del coste real de las reparaciones asumidas, sino a través de módulos que reflejan el coste medio de un accidente.
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