Los jóvenes españoles tienen menos golpes de chapa que la media de la población
Las jóvenes de Huesca, Soria y Albacete son las más prudentes al volante, según Unespa.
Hay un tópico que afirma que un joven al volante es sinónimo de peligro. Sin embargo, y al menos en lo que respecta a los accidentes leves -es decir, aquellos casos en los que solo se produjeron daños materiales o golpes de chapa-, los jóvenes de todo el país obtienen un aprobado, mientras la conducción por parte de las personas de más de 35 años empeoró en 2017.
Son datos del "III Informe sobre la juventud al volante: Por qué es necesario ser prudente", elaborado por Estamos Seguros y difundido por la patronal aseguradora Unespa. El trabajo realiza una comparativa de los conductores de entre 18 y 35 años en base a distintos parámetros como su edad, años de experiencia al volante, provincia de residencia, sexo y tipo de accidente sufrido. Para ello, establece un sistema de evaluación del 1 al 10 para medir la probabilidad de accidente entre los jóvenes de las diferentes provincias, ponderando la cantidad de siniestros ocurridos en función del número de vehículos registrados en cada territorio.
Al examinar los resultados territoriales de los accidentes leves, propios de la conducción urbana, se observa por un lado la mejora en la conducción de los jóvenes. Y por otro, un empeoramiento general registrado en 2017. Como los datos de los jóvenes se comparan con la siniestralidad agregada del conjunto de conductores mayores, al empeorar estos la nota de corte se vuelve más accesible para los jóvenes.
La comparativa por sexos muestra cómo los mejores conductores jóvenes en ciudad son las chicas de Huesca, que logran el único sobresaliente de todo el estudio (9,72). Les siguen las mujeres de Soria (8,75), Albacete (8,49), Guipúzcoa (8,44) y Palencia (8,36). La mejor marca de los varones recae sobre los chicos de Huesca (8,24).
En cambio, los conductores menores de 35 años provocan más accidentes graves, con víctimas, que los conductores experimentados. De hecho, la probabilidad de que un joven tenga un percance de estas características es 1,8 veces mayor que lo padezca una persona mayor de 35 años.
El informe, elaborado a partir de los datos de 2017 de la Estadística de Seguros de Automóviles (ESA), muestra asimismo que la probabilidad de tener un percance va descendiendo conforme se gana experiencia al volante. Mientras que un joven con solo un año de carnet tiene cuatro veces más probabilidades de sufrir un accidente de tráfico grave que un conductor veterano, esta diferencia baja a 1,8 veces al alcanzar los 10 años conduciendo.
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