Cuáles son y cómo funcionan los componentes de los sistemas ADAS
Son fundamentalmente cuatro: cámaras, radar, sonar y láser.
Cada vez encontramos más sistemas de asistencia a la conducción en los vehículos que llegan a los talleres. Estos sistemas, conocidos como ADAS, funcionan con la información que reciben de múltiples sensores y cámaras para mejorar la seguridad activa del vehículo y suponen un avance hacia una conducción autónoma.
Pero, ¿de dónde procede esta información? ¿Y cómo funcionan los ojos de estos modernos sistemas de seguridad? Los componentes de los sistemas ADAS son fundamentalmente cuatro: cámaras de vídeo, radar, sonar y láser.
Cámaras. La mayoría de las cámaras de los sistemas ADAS están montadas en el parabrisas. Tienen la ventaja de adaptarse a diferentes tareas y reconocer colores y tienen un amplio rango de 50 a 500 metros y de hasta 180º. Entre sus desventajas, los problemas de visión en condiciones climatológicas adversas o cuando están sucias, y estar sujetas a ilusiones ópticas naturales. Cuando se sustituye un parabrisas, hay que desmontar también las cámaras del cristal roto y montarlas en el nuevo. Desde Carglass advierten que, una vez instaladas, deben ser recalibradas para asegurarnos de que proporcionan la información correcta a los sistemas de seguridad.
Sensor de radar. Sirve para localizar objetos estáticos y en movimiento. Funciona enviando ondas de radar, que rebotan en los objetos del entorno del vehículo, para determinar la velocidad relativa, distancia y posición de los objetos que se encuentran en los alrededores del vehículo. El radar tiene un alcance de 250 metros y un rango de 360º. Sus ventajas son su fiabilidad, que no le influyen las inclemencias del tiempo y que mide todos los valores relevantes -ángulo, distancia, velocidad, parámetros del material-, sin necesidad de cálculos. Suele estar instalado tras la parrilla delantera del vehículo.
Sensores de ultrasonidos. Funcionan con la técnica del sonar, enviando impulsos ultrasónicos que rebotan en los obstáculos y cuyos ecos son analizados para obtener información. Son muy fiables para el reconocimiento del entorno más cercano y a bajas velocidades. Se emplean, sobre todo, para los asistentes de aparcamiento y van instalados en los paragolpes.
Sensores láser LIDAR. El LIDAR (Light Detection and Ranging) es el único que mide con precisión la distancia, posición y altura, con un alcance de 200 metros. Sus desventajas son su elevado precio, un alcance reducido en condiciones de niebla, lluvia o cuando está sucio y que no reconoce colores. A día de hoy, existen muy pocos automóviles que incorporen este sensor, aunque todo hace pensar que se irán popularizando a medida que se avance hacia la conducción cada vez más automatizada.
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