Qué elementos pueden provocar la pérdida de brillo en la capa de barniz
Chapa y pintura
La calidad de los productos o unas prácticas equivocadas son algunos de los factores que pueden influir.
Para que el acabado en la reparación y pintado de un vehículo sea perfecto, es necesaria una correcta aplicación del barniz o laca elegidos, ya que, aunque el cliente no tenga conocimientos técnicos sobre pintado, apreciará si la superficie está barnizada de forma irregular o con falta de brillo.
Por ello, cualquier capa de pintura, ya sea de fondo o de acabado, influye de manera importante sobre la capa final de barniz, motivo por el que no se debe menospreciar los fondos que se apliquen.
Teniendo en cuenta estas premisas, Loctite publica en su blog un post en el que señala los factores más significativos que pueden provocar una pérdida de brillo. Entre ellos está la calidad del producto. Así, un barniz muy económico supone que el brillo baje tras el secado, que la capa seca tenga menor micraje y ser más sensibles a efectos climáticos adversos.
Asimismo, las lacas en aerosol de 1K convencionales pueden provocar también estas consecuencias, por lo que la firma aconseja limitar su uso a pequeños retoques o pintado de componentes auxiliares de reducidas dimensiones.
Uno de los aspectos que también deben tenerse presentes es el mal funcionamiento o las limitaciones de los equipos de extracción en las cabinas o plenums de pintura para desplazar las nieblas que se generan durante el pintado, ya que esto puede provocar que dichas nieblas se depositen en forma de fino velo sobre las capas de barniz, restando brillo a la superficie.
Para evitarlo, el mantenimiento de la cabina y la revisión periódica de los filtros es imprescindible, ya que, en caso contrario, se reduce la capacidad de succión de las nieblas derivadas de la aplicación con pistola aerográfica y una presencia de humedad excesiva.
En el caso de los plenum, el artículo recomienda tener un higrómetro para saber los niveles de humedad en el aire y si son excesivos, calentar el aire con infrarrojos o sistemas análogos.
Otro de los factores a tener en cuenta en la preparación de fondos es la limpieza y el soplado del vehículo para que no aparezcan rayas o rechupados. Para que no baje el brillo por este motivo, las pinturas de fondo deben ser lijadas una vez estén bien secas con granos de lija adecuados, respetando la secuencia de lijado y sin una excesiva presión de trabajo
Además, hay que evitar la limpieza con trapos que rayen la superficie o el papel. Del mismo modo, durante las dos semanas posteriores al pintado, los técnicos del taller deben aconsejar a los usuarios que no limpien el coche en lavados con rodillos de cerdas agresivas.
Por otro lado, dependiendo de la época del año, la temperatura y humedad, hay que utilizar el catalizador y/o diluyente que más se adecúe. Así, están los lentos para el verano (también se pueden utilizar retardantes específicos de secado o elastificantes), los medios para otoño y primavera, y los rápidos para el invierno.
En cuanto a la aplicación de la pintura, dar excesivas capas o mucha cantidad también puede provocar pérdida de brillo. En el caso de colores con base al agua con poca capacidad de cubrición, puede hacer que la pintura no seque bien y se produzca una condensación que le reste brillo al barniz.
Por ello, deben usarse aparejos tintables, con la tonalidad de gris más idónea, y efectuar un buen secado de la base de color con un infrarrojo o el sistema de elevación de temperatura de la cabina.
Asimismo, no se respetar los tiempos de evaporación o trabajar muy deprisa puede afectar a las capas de pintura, por ejemplo, si se saca muy rápido el vehículo de la cabina tras el proceso de secado.
Esto supone un cambio brusco de temperatura, haciendo que aparezca un velado de la laca que resta brillo al acabado. Por ello, es mejor dejar entornadas las puertas de la cabina para que la temperatura del interior se vaya igualando con la del exterior.
Efectuar tareas de corrección de defectos o limpieza cuando el barniz no está del todo seco también provoca consecuencias negativas. Así, es necesario que la capa de barniz se seque con un infrarrojo de onda corta y usar abrasivos y pulimentos adecuados en cada situación.
Por último, elementos externos (excrementos de ave, salinidad del aire, acumulación de suciedad y barro, ácidos) y climáticos deterioran el barniz y pueden llegar a destruirlo. Por ello, los profesionales de Loctite recomiendan limpiar la superficie o buscar una solución para evitar que el daño vaya a más.
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