De la cabina de pintura al comedor: la evolución en el taller a la que obliga la jornada continua
Autos Brea, en Santiago de Compostela, ha apostado por dar una segunda vida a este espacio que estaba en desuso. "Los clientes flipan", cuenta el gerente a Infotaller.
La implantación de la jornada continúa en los talleres no solo conlleva cambios en los procesos y en las rutinas de trabajo, sino a veces también a que las propias instalaciones tengan que adaptarse. La necesaria parada de descanso para la comida obliga a los negocios a tener que habilitar espacios para este fin, muchas veces en lugares inesperados.
En el taller Autos Brea, en Santiago de Compostela, han encontrado su comedor en el lugar menos esperado: una antigua cabina de pintura. "Llevábamos mucho tiempo con ese 'mamotreco' en medio del taller sin saber muy bien qué hacer con él", cuenta Infotaller Pablo Martínez, gerente del negocio.
La cabina de pintura, de unos 25 m2, de funcionamiento con gas, llevaba años sin usarse. "Todo lo que se nos ocurría para darle uso o liberar espacio necesitaba de obras", cuenta Martínez, algo que no terminaba de convencerles. "Lo fuimos dejando hasta ahora", señala.
"¿Y si hacemos un comedor?"
El momento de darle una nueva vida a la cabina llegó con la introducción de la jornada continua el pasado mes de diciembre. Una de las empleadas de administración tuvo una idea. "¿Y si hacemos un comedor?". "Yo al principio no lo veía, pero en una segunda ocasión lo planteó con más detalle y le dije: adelante", cuenta el gerente.
El resultado es un espacio donde la decena de trabajadores del taller pueden disfrutar de sus 25 minutos de descanso en un ambiente distendido, pero no solo. "Cuando viene algún cliente o algún proveedor la utilizo como sala de reuniones", destaca.
De hecho, la cabina se ha convertido en una especie de atracción turística dentro del propio taller. "Los clientes flipan al verlo. Es como una especie de oasis en el desierto en mitad del taller", afirma.
El éxito de la jornada continua
La transformación de este antiguo espacio de trabajo llega tras la implantación de la jornada continua, de 8 a 4, en el taller, algo que apenas dos meses después de su implantación ya está dando resultados. "Es mucho mejor. Hemos ganado en comodidad y en rendimiento", destaca el gerente.
Aunque sus principales clientes son las compañías de alquiler y de renting, Martínez asegura que algún conductor sí se le ha quejado por el cambio, algo para lo que han buscado solución.
"Aunque los mecánicos trabajan en jornada continua, hemos dejado un recepcionista en horario de tarde a modo de retén. Si llega algún cliente con un pinchazo o una avería rápida podemos derivarles a varios talleres de la zona donde les pueden atender", señala.
Archivado en
No hay comentarios