Cómo afecta el invierno a la carrocería y pintura de los vehículos
Los profesionales del taller deben revisar los puntos en los que puede aparecer corrosión con mayor probabilidad.
Las inclemencias meteorológicas del invierno son unos de los factores que más afectan a la carrocería y pintura de los vehículos. Frío, lluvia, nieve, hielo y viento, junto con otros elementos como el barro o la sal empleada en las carreteras para evitar el hielo y la nieve, pueden provocar un importante deterioro.
Entre los posibles desperfectos, se encuentra la aparición de óxido o corrosión, según explican en el blog de Certified, que puede llegar a extenderse a otras partes del automóvil.
Por este motivo, los profesionales del taller deben revisar su aparición debajo de la pintura, en los bajos del vehículo donde hay metal desnudo (la sal u otros productos químicos hacen que se desarrolle con más probabilidad el óxido) o en rincones y grietas que apenas son perceptibles.
Asimismo, deben observarse llantas, parachoques, pasos de ruedas y parrilla delantera, zonas en las que habitualmente se acumula la sal de la carretera y donde es más probable que comience la oxidación.
Otro de los puntos habituales de inicio de la corrosión es donde se unen dos piezas de metal. También hay que verificar también puertas, capó y maletero con el objetivo de que cualquier pequeño indicio de corrosión u oxidación quede rápidamente controlado.
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