¿Cuáles son los abrasivos más habituales para reparar la chapa del coche?
Chapa y pintura
Loctite recuerda los tipos de abrasivos que existen de acuerdo con la función que deben cumplir en el taller.
En los talleres de chapa y pintura es fundamental el uso de abrasivos para eliminar restos de óxidos, pinturas, revestimientos, restos de adhesivos, limpiar superficies en las que se haya soldado, preparar fondos para aplicar masillas, pinturas, aparejos, igualar productos de relleno y renovar superficies deterioradas, entre otros.
Estos productos se caracterizan, tal y como explica Loctite en un artículo que publica en su blog, por una determinada composición en la que los minerales sintéticos empleados (carburo de silicio y óxido de aluminio) poseen una cierta dureza, tenacidad, grado de corte y comportamiento del grano.
Asimismo, existen los abrasivos de grano abierto, aquellos cuya superficie está cubierta entre el 50 y el 75% de mineral (abrasivos más gruesos), y de grano cerrado, cuando todo el soporte está cubierto (granos más finos).
Por otro lado, el post explica que los abrasivos para preparar y lijar superficies son los más habituales en el lijado manual, en seco, al agua o a máquina de masillas, aparejos, barnices, etc., gracias a un mineral adherido a un soporte a través de un aglutinante de tipo adhesivo.
No obstante, la tendencia actual, según los expertos de Loctite, es realizar abrasivos en malla para optimizar el proceso de lijado, ya que aumentan la velocidad, favorecen un entorno de trabajo más saludable y reducen el embazamiento de la lija y la generación de polvo.
En cuanto a los minerales de origen sintético utilizados, el carburo de silicio se rompe en pequeños trozos para generar nuevas aristas alargadas y puntiagudas que provocan rayas estrechas y profundas, lo que hace que su durabilidad sea mayor. Sin embargo, el óxido de aluminio provoca rayas menos profundas y más anchas, por lo que está indicado para materiales blandos o lijados más finos.
Además, se comercializan granos cerámicos, compuestos por los mencionados minerales con un recubrimiento cerámico, lo cual incrementa la durabilidad, reduce el sobrecalentamiento y permite un lijado más uniforme.
También hay que mencionar los abrasivos tridimensionales (estropajos), formados por un entramado de fibras de nailon sobre los que se adhiere el mineral a través de una resina y se utilizan para matizar cantos, zonas de difuminado o lijado de piezas donde solo se va a aplicar barniz. El artículo subraya que son comunes los formatos en esponja para lijar cantos y superficies en las que el taco de lijar o la rotorbital no tienen acceso.
Por otro lado, para decapar superficies, se utilizan herramientas rotativas, como las amoladoras o los taladros con discos abrasivos que no favorezcan la acumulación de calor y que eviten la pérdida de micraje de metal. Los más habituales son los tridimensionales de nailon expandido, similar a los estropajos, y los discos de púas de alambre acerado.
Para el limado de metales en las soldaduras son adecuados los discos de desbaste formados por una mezcla de aglutinante con uno o varios minerales. Estos discos intercalan una malla de fibra en su interior para evitar que, en caso de rotura, el trozo de disco salga despedido. También son adecuados los discos de lija con soporte de fibra vulcanizada (abrasivos rígidos), montados sobre radiales verticales.
Por su parte, los discos multiláminas son lo que permiten el limado menos agresivo. Se comercializan con distinta granulometría y una de sus variantes son los abanicos lijadores para ser montados sobre el taladro.
Por último, cabe destacar los abrasivos en pasta para pulir, que poseen una serie de granos pequeños y de distinto tamaño formados por óxido de aluminio, que devuelven el brillo a la superficie tras las operaciones de corrección de defectos de pintado.
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