Sistemas ADAS y el vehículo eléctrico: el doble reto para aseguradoras y talleres
Inese analiza el papel de las compañías de seguro frente a la inclusión masiva de coches con estas tecnologías, las cuales aumentarán el coste medio de reparación, aunque implicará mayor inversión en formación y maquinaria.
La implantación de los Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción (sistemas ADAS) y la llegada del vehículo eléctrico al parque automovilístico español son dos temas que interesan a los actores del sector automoción y que se convirtieron en protagonistas de la jornada "Nuevas Tecnologías en la Automoción" impartida por Centro Zaragoza. Y es que la llegada de estos sistemas a las carreteras españolas plantea un reto para el sector asegurador.
La nueva normativa hará que a nivel europeo algunos sistemas ADAS pasen a ser obligatorios a partir de 2022, lo que supone un paso más allá hacia la conducción autónoma, aumentando la seguridad y reduciendo la siniestralidad por accidentes de tráfico. Sin embargo, la coexistencia de vehículos con y sin esta tecnología supone un reto para las aseguradoras, como analiza Inese, la mayor comunidad de profesionales del sector. Las compañías prevén que los costes medio de reparación se incrementarán, pues estos sistemas se basan en señales recogidas por sensores, los cuales a su vez suelen ubicarse en zonas sensibles del automóvil.
La implantación obligada de estos sistemas en los coches por ley no repercutirá de forma directa e inmediata en el descenso del número de accidentes, lo que sí será más visible es el aumento de los costes de materiales, por el uso de los sensores y las calibraciones. Un nuevo reto también para los talleres que deben estar preparados y contar con la formación necesaria para realizar estas reparaciones, y al mismo tiempo disponer de los equipos de calibración requeridos, lo que supone realizar fuertes inversiones.
El sector asegurador tiene la misión de formar a los principales agentes implicados para que puedan conocer de primera mano el funcionamientos de estos sistemas ADAS, así como el procedimiento de revisión y reparación. Lo mismo ocurre con los nuevos sistemas de propulsión. La llegada de vehículos eléctricos e híbridos al parque supone una adaptación a nuevos sistemas y una actualización de conocimientos.
En el caso de las aseguradoras, pueden verse beneficiadas pues estos coches se conducen evitando aceleraciones y frenadas intensas, y disponen de mayor autonomía, lo que se traduce en menos accidentalidad.
A diferencia de los vehículos de combustión interna convencionales, estos coches incorporan otros componentes que podrían alargar la vida útil del mismo, siendo una de las partes esenciales la batería de alta tensión. Por tanto, en los eléctricos se distinguen como principales dos partes: el vehículo y la batería. En lo que respecta a los seguros, el valor de la batería y el vehículo pueden tenerse en cuenta por separado, pero es importante considerar también la depreciación del valor de esta según pasan los años.
Las novedades del mercado, de la mano de los nuevos vehículos de propulsión y los sistemas ADAS traerán consigo importantes cambios en el sector asegurador que podrían repercutir en el bolsillo del conductor. En este sentido, Centro Zaragoza ha anunciado que trabajará con los actores del seguro del automóvil para promover una innovación que permita la perfecta adaptación ante un contexto que cambia cada vez a una velocidad superior.
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