PPG explica a los concesionarios cómo son los talleres del siglo XXI
La competitividad de los centros de carrocería pasa por ser empresas de servicios, no meros reparadores.
¿Es posible incrementar la capacidad productiva del taller? ¿Se puede reducir la estancia de los vehículos de los clientes? ¿Es posible posicionar a los talleres como auténticas y ejemplares empresas de servicios? ¿Por qué deberían elegirnos los clientes cuando sufren un siniestro? Estas fueron algunas de las cuestiones abordadas por los especialistas de PPG durante su presentación a los concesionarios con motivo del XXIII Congreso de Faconauto, celebrado en Madrid.
"La caída de la siniestralidad, el envejecimiento del parque de automóviles, la presión de las aseguradoras o la aparición de un cliente particular cada vez más informado y exigente obligan a los gestores del taller de chapa y pintura a buscar la máxima eficiencia en todos los aspectos de la gestión del negocio”, explicó Ernesto Zapata, Business Development Manager de PPG. “Lo que está en juego es ni más ni menos que la rentabilidad del negocio, y para eso hay que ser percibidos por el cliente, particular o no, como la opción más interesante, y contar con unos procesos que efectivamente nos hagan ganar dinero en cada reparación”.
Ildefonso Jiménez, responsable de Formación Gerencial de PPG, intervino también para explicar que en el siglo pasado los talleres estaban orientados a la producción, tenían un gran volumen de trabajo, buscaban la eficiencia, aprovechaban la demanda generada por un mercado en el que cada vez se vendían más vehículos y, en definitiva, el objeto de atención principal del gestor del negocio era reparar.
Sin embargo, la rentabilidad en el taller del siglo XXI supone cambiar el foco: “Los talleres competitivos hoy en día son empresas de servicios. Se orientan a la gestión empresarial, de los procesos de reparación, de la reducción del tiempo de ciclo, de las horas y días que el vehículo pasa en las instalaciones de la empresa. El objeto de atención principal ya no es la mera reparación, es el cliente. Hay que conseguir atraer al cliente y fidelizarlo en un entorno complejo y con la demanda de reparaciones a la baja”.
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