De pintar un Ferrari al demonio con cadenas: así es Javier Álvarez, premiado por Zaphiro

El propietario de Talleres Álvarez (Guadalajara) lleva 14 años en una profesión que requiere cada vez más "urgencia y exigencia".

La fotografía que hizo ganador a Javier Álvarez del concurso de Zaphiro
María García Muñoz

10 de enero 2020 - 14:07

Recibir un premio siempre es una buena noticia. Una de esas sorpresas que se convierte en motivo de orgullo. Eso es lo que puede pensar Javier Álvarez, el propietario de "Talleres Álvarez", que junto a su hermano regenta este centro situado en el polígono de los Llanitos, en Sigüenza (Guadalajara).

Javier considera que al formar parte de un pequeño negocio familiar, es imprescindible que su taller ofrezca la máxima calidad y los propios trabajadores tengan un trato bueno y cercano con el cliente. Así, tras más de 14 años de experiencia en el sector de la chapa y la pintura, este profesional tiene claro que hay productos en los que puede depositar toda la confianza, y algunos de ellos son los que encuentra en la marca Zaphiro, "las cualidades que destacaría son su calidad, precio y el servicio cercano que ofrece mi distribuidor de confianza Gosan". Distribuidor que también le proporciona productos de la marca de pinturas Glasurit, así como “herramientas informáticas para poder resolver posibles problemas del día a día, sin olvidarme del equipo de profesionales técnicos que dispone.”

Con el fin de contar con los mejores aliados en su centro, Javier decidió participar en un concurso organizado por Zaphiro para ganar la nueva DV1 Clearcoat y fue en el mes de diciembre cuando los representantes de la marca visitaron su taller para hacerle entrega del premio. El concurso era fotográfico y Javier no dudó en poner en juego todo su ingenio y creatividad. La imagen ganadora representaba al demonio, con el que alude a la marca Devilbiss, mientras que las cadenas que cuelgan las pistolas simbolizan la fidelidad de la marca.

Entrega del premio en "Talleres Álvarez"

Con esta nueva herramienta en su taller, los hermanos Álvarez cuentan con un nuevo aliado para la aplicación de todo tipo de barnices, mejorando en términos de productividad, rendimiento y seguridad. En este taller, que poseen en propiedad desde hace más de seis años, se dedican principalmente a la chapa y la pintura, pero también realizan otras tareas de reparación como sustitución de lunas, bancada, reparación de plásticos, lacado y pulido de faros, entre otras labores.

Javier explica que la situación actual del mercado ha influido en los talleres de hoy en día, lo que implica llevar a cabo importantes cambios. Es necesaria "la adaptación a nuevos procesos de reparación del mercado que nos implican realizar los mismos trabajos pero en menor tiempo". Asimismo, "el perfil del cliente en los últimos años requiere mayores exigencias (trabajo sin fallos), la demanda del coche de sustitución, y sobre todo, la rapidez de la reparación". Como profesional de la chapa y la pintura, subraya que las cualidades que debe poseer como profesional son "saber qué hacer en todo momento a la hora de una reparación, fundamentalmente saber resolver los posibles problemas o sorpresas que se presentan en el día a día, como por ejemplo, en colores especiales “tricapas”."

Tras casi tres lustros ejerciendo su profesión, Javier se muestra feliz trabajando al frente de su propio centro. "Primero hicimos un estudio de mercado y de localización del taller. Sin duda, el gran reto fue conseguir esos clientes, darles nuestra confianza de trabajo y ofrecerles un gran servicio." Pero antes de poder ser su propio jefe, Álvarez recorrió un largo camino. Con 19 años comenzó a trabajar en un concesionario oficial de Seat. "A los 22 años, salí de este concesionario para seguir creciendo y me fui a un taller multimarca en Guadalajara. Dos años después recibí una llamada de otro concesionario oficial de Guadalajara, Audi Volkswagen, en el que estuve cuatro años y medio. Dentro de este lugar, tuve la gran suerte de estar allí con grandes profesionales del sector y tener un encargado que me ayudó, enseñó y me dio la gran oportunidad de hacer trabajos que con 24 años yo no me imaginaba que podría llegar hacer, como por ejemplo pintar un Ferrari, entre otros coches exclusivos."

Exterior del centro "Talleres Álvarez", en Sigüenza

Pero fue a los 27 años cuando comenzó la andadura empresarial, junto a su hermano, en Talleres Álvarez. Un período del que puede destacar todo el "crecimiento profesional" que están experimentando. Además hace hincapié en la importancia de complementar su actividad laboral con diferentes cursos formativos que le permiten ampliar su campo de trabajo e innovar. No hay que quedarse atrás, sobre todo en conocimientos. Solo así se puede ganar un premio entre tantos buenos candidatos.

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