Besa construye una fábrica puntera para ser el Amazon del refinish
Ubicada en Azkoitia (Guipúzcoa), la planta ha sido sobredimensionada para poder absorber el crecimiento que se espera en las próximas décadas.
Besa es un fabricante de productos para el repintado de automóviles y vehículos industriales que ha sabido encontrar su hueco en un mercado dominado por cuatro grandes multinacionales. La crisis económica, lejos de debilitarlo, lo ha hecho más fuerte al conectar con una demanda que pide precio. Sus productos, entre el 30 y el 40% más baratos de media, permiten al taller ofrecer reparaciones competitivas. “Nosotros vendemos producto; ellos venden marca”, argumenta Ernesto Ecenarro, CEO de la compañía.
Aunque sus responsables no han desvelado el importe de la inversión destinada a la construcción de la nueva fábrica, reconocen haberla afrontado en gran parte mediante recursos propios, aunque también han contado con financiación externa. A su favor está el hecho de haberla planificado en los años de la crisis, con la consiguiente y significativa reducción de costes, destaca Guillermo Ecenarro, consejero de la compañía y la persona que ha dirigido las obras desde primera línea.
La historia de Besa arranca en 1963, cuando Bernardo Ecenarro Gorostidi abrió en Elgoibar el primer almacén de pintura para su distribución en el País Vasco. En 1975 ya se constituye la empresa bajo el nombre de Bernardo Ecenarro. S.A. y comienza con la fabricación de disolventes. Tres años más tarde, en 1978 arranca la producción de pinturas para industria y carrocería de automoción. En 1993 renueva su imagen y cruza las fronteras, vendiendo inicialmente en Francia y Portugal. La actual marca por la que se conoce a la compañía (Besa) arranca en 2012, al igual que la construcción de la nueva fábrica en Azkoitia, donde opera desde 2014.
Dos años después, y sin haberse inaugurado oficialmente, Besa abre ahora sus puertas a la prensa para mostrar su proyecto más ambicioso en sus más de 50 años de historia: la construcción de una planta productiva moderna, con procesos automatizados que buscan la eficiencia, la minimización de errores y la mejora del servicio a sus clientes. “Es un Amazon; un pedido recibido a las 10 de la mañana se envía el mismo día y llega al cliente al siguiente; más rápido es imposible”, valora Ernesto Ecenarro.
Los 40.000 m(2) de superficie construida se reparten entre los 17.000 m(2) de fabricación, los 7.200 m(2) de almacén totalmente automatizado, 2.200 m(2) de almacén de materias primas, 2.000 m(2) de oficinas y 500 m(2) del centro de formación. Asimismo, el laboratorio de I+D+I está equipado con la última tecnología para el desarrollo y control de los productos. Cuenta con 1.000 m2 de superficie y da trabajo a 17 técnicos especializados con el objetivo puesto en asegurar la calidad final del producto.
CRECE EL REFINISH Y LA EXPORTACIÓN
Con unas ventas previstas de 43,5 millones de euros en 2016, que supondría un crecimiento del 40% respecto a 2012, Besa es hoy un fabricante que vive en perfecto equilibrio entre sus ventas dirigidas al sector de la Industria (55%) y al de la carrocería de automoción (45%). Tradicionalmente enfocado al pintado de elementos metálicos, en el sector industrial ha ampliado sus aplicaciones al vídrio y plástico, aunque comparativamente hablando crece más la venta de productos para el repintado de automóviles y vehículos industriales. Asimismo, los ingresos procedentes de España y de otros países dibujan hoy dos mitades idénticas, aunque las mayores oportunidades de futuro se han identificado en el exterior.
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