Inteligencia emocional entre rótulas y discos de freno
Cuentan que Einstein dijo esta magistral frase en una entrevista: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Más allá de que esta cita sea original suya (que parece que no), nadie duda a día de hoy de la certeza de estas palabras.
Porque de lo que el sabio profesor hablaba era de afrontar nuestro día a día de una forma diferente, basando nuestra vida y trabajo en no hacer siempre lo mismo y utilizar nuevos métodos, por muy alejados a nuestra rutina que sean. Lo que se ha venido a denominar actuar con inteligencia emocional, que es la capacidad que tenemos para gestionar, comprender y manejar nuestras propias emociones. Actuar así no solo nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, sino a interaccionar con nuestro entorno a raíz de sus propias emociones.
¿Y cómo aplico yo ese sesudo concepto a mi taller?
En esta entrada concentro en cinco grandes principios la información de decenas de libros y centenares de páginas. Intenta trabajar en tu taller siguiéndolos.
- La autoconciencia. Nos comunica lo que pasa en nuestro cuerpo, lo que sentimos. De esta capacidad se desprende la importancia de la confianza en uno mismo. Confianza en que nuestro trabajo ayudará a los demás, en que los clientes volverán a nuestro negocio cuando necesiten que alguien con conocimiento les revise su vehículo.
- El control emocional. Permite regular la manifestación de una emoción o modificar un estado anímico y su exteriorización. Da pie a otras capacidades, entre ellas, el autocontrol, la confiabilidad, la integridad, la adaptabilidad y la innovación. ¿Sabes cuántos clientes hay esperando a encontrar un taller como el tuyo en el que diálogo, la integridad, la resolución de problemas y la innovación se dan la mano? Pues sí, muchos, porque todos queremos ser tratados así cuando somos clientes.
- La motivación. Se basa en motivarse a uno mismo y a los demás. Genera otras cualidades, como el logro, el compromiso, la iniciativa y el optimismo. Si tu trabajo te gusta, la motivación permite que ese sentimiento se transmita a tus clientes, que a su vez se motivan tanto como lo estás tú. Ellos estarán encantados de dejarte hacer, porque tu mejor arma de venta será tu compromiso.
- Inteligencia interpersonal. Hace referencia a la empatía, esa cualidad, tan escasa por desgracia entre muchas personas, que te permite a ti que la tienes entender lo que siente el que te deja el coche en el taller, apreciando cada situación desde su propia perspectiva como cliente, no simplemente desde la tuya.
- Las habilidades sociales, que tienen que ver con el liderazgo, la popularidad y la eficacia interpersonal, y son muy útiles a la hora de ejercer tareas propias del día a día, como resolver disputas, persuadir, negociar o dirigir a un equipo.
En resumen, amigo reparador, que sé que posees una gran inteligencia emocional: ¿por qué no haces las cosas de modo diferente e intentar obtener otros resultados?