100 días todo parado

A la empresa de renting del coche anterior le deben ir muy bien las cosas...ha tardado tres meses en venir a por él. El Covid ha sido una excusa perfecta donde cabe todo.

¿Eres directivo y hace un año todo te iba bien y ahora todo te va mal? Vaya...ni tan malo ahora, ¿quizá ni tan bueno antes? El éxito sería que te fuera razonablemente bien ahora con la que está cayendo.

El coche ha cumplido un año. 100 días parado. Como muchos. Ha recorrido poquísimos kilómetros, pero el ordenador no deja de molestar con la revisión. Llamo a la marca. La respuesta es de vergüenza ajena. Tienen subcontratado el servicio a un call center donde nadie tiene ni idea. Marque el 1, marque el 2, marque lo que quiera porque no servirá para nada... ¿Cuál es la opción para que se ponga alguien inteligente?

Llamo al concesionario. Fatal. Me planto al taller sin cita. El chaval deja la vida por ayudarme... Lo normal. Él no tiene la culpa de los nefastos procesos diseñados en los despachos. Tampoco sabe responder a mis preguntas.

Acabo dejando más de 300 euros por una revisión que sospecho que era innecesaria. Me sobra el dinero, o eso es lo que parece que creen...

En menos de cinco minutos de conversación acabo sabiendo que no se lleva bien con jefes y dueños. Que no soporta a un gerente ultracomercial que lo tiene en la categoría de inútil. No sé por qué, lejos de lo que conozco bien... me encuentro lo mismo.

Negocios basados en la plena ocupación y en los que los nervios van de arriba abajo. Primas inalcanzables que tensionan los equipos de posventa. Profesionales abandonados a su suerte y los que dan la cara al cliente que se apañen.

Directivo: Si cobras lo que cobras, tienes coche de empresa y además echas cuentas para cobrar tu bonus, ¿te has planteado para qué? ¿Crees que este empleo y sueldo serán para siempre? Eres bueno, pero... Por la mitad, ¿te contratarían mañana en otro sitio?

Departamento de RRHH seguro que hay. ¿Se ha planteado alguien crear un Departamento de Profesionales? Si no sabes por qué, ahí está la clave.

350 euros no son nada para vosotros, pero para muchos es un polvo.

Vas al concesionario y sales... ¡defraudado! Mil ideas para atraer clientes y a los que tienen les tratan a patadas. Es su naturaleza.

Lo he dicho mil veces. Con mi dinero me iré a comprar el traje donde me dé la gana.

De nuevo en la recta final de agosto y en plena crisis de incertidumbre. Esta vez la culpa no es del Gobierno ni de los mercados financieros. Salir de esta va a requerir más inteligencia que dotes comerciales. Sospecho que algunos no saben de qué hablo y otros ya se están metiendo conmigo.

No esperes que alguien lo haga por ti... y si me permites, confiar en la suerte es una mala apuesta.

Conocimiento, trabajo, esfuerzo, valentía, honestidad, madrugar... y acierto.

Feliz final de agosto. A ver cuál es la próxima sorpresa.