Tu competencia eres tú mismo
Los talleres no están de moda. Los de carrocería, mucho menos. Lo que sí está en boca de todos son los coches eléctricos, autónomos… En definitiva, “la nueva movilidad”.
En los foros especializados, en lugar del vehículo convencional, prefieren hablar del coche eléctrico y autónomo. Como si fueran lo mismo. Pero si contamos los coches reparados, se deduce cuál es su penetración en el parque. En los últimos diez años, ¿cuántos eléctricos/autónomos has reparado y pintado? Pocos, ¿verdad? No hay más preguntas.
Los gurús y la prensa no especializada, la que no se juega nada, nos invaden con profecías de lo que será la movilidad del futuro. En la última feria de SmartCity (Fira Barcelona, noviembre de 2018) nos mostraban proyectos de ciudades utópicas, en las que la basura va por el subsuelo y se separa ella sola, y el tráfico se autogestiona para que no haya atascos. Todo es limpio y el sol brilla más. Expositores de todo el mundo nos mostraban, en virtual y muchos años más tarde, el Blade Runner del futuro, en bonito y con luz.
Y para reparar estos millones de coches fantásticos del siglo XXI, que circulan y circularán por nuestras calles, están, entre otros, los carroceros LEGALES de siempre. Mientras exista una póliza de seguro y un contrario, los vehículos seguirán reparando y pintando, ya que chocan igual, sea cual sea su combustible.
Estos talleres siguen viviendo pendientes de la misma miseria de siempre: plena ocupación, precios a tarifa Tánger, recambios baratos y apretar todo lo que pueden a los operarios. De barrer y limpiar poco. Y del ahorro enfermizo, ese de ir apagando luces y de comprar los anexos más baratos. Ahora directos de China.
Tienen que competir además cada día con los ilegales, esos que tienen al lado y contra los que nadie hace nada. Además, algunos tienen que dar servicio “de esclavitud” como subcontratados y con peritajes lamentables. Y, como no son tontos y ven lo que ven, se llenan de razones para quejarse, protestar contra todo y denunciar en saco roto la presión de los peritos.
Te has vendido a aseguradoras, has creído a vendedores de humo. ¿Sí? Lamento informarte que cuanto más trabajo haces, más dinero pierdes.
Mi consejo: deja de quejarte, no sirve para nada. Deja de reírle las gracias a las aseguradoras. Saca a patadas del taller a todos los vendedores de humo. Es impopular, lo sé. Trabaja bien. Paga bien a tu tropa. Ten las instalaciones al día. Revisa que las herramientas, pistolas, cabinas y todo en general sea, como mínimo, decente. Revisa los procesos. No des por bueno que todos los operarios son sabios. Alguno sí, pero hay que demostrarlo… cada día. Revisa cuántos “gerentes” tienes en el taller. Una de las lamentaciones más escuchadas es “si yo mandara…”.
No vayas a mirar precios de los que están peor que tú. Olvídate de lo que hace tu competencia en procesos y precios, excepto que sean mejores y más caros que tú. Tu competencia eres tú mismo. Tú solo te disparas al pie cada día.
Todos los días, todos los negocios del mundo compiten contra alguien que, la semana próxima, cerrará. Y en su último suspiro, intenta atraer clientes regalándolo todo. ¿Quieres ser tú el siguiente en cerrar?
Y luego, cuando estés mínimamente seguro de que haces lo correcto, SUBE los precios. Todo lo que sea vender la mano de obra por debajo de 45€+IVA te condena a la ruina. Si tu negocio está basado en engañar a clientes y aseguradoras, tu recorrido será muy corto. Olvídate de una vez de rápeles y descuentos. ¿Alguien te los hace a ti?
Tu próxima fórmula de éxito: bueno, fiable, serio y CARO.
Porque chapuceros, malos y baratos ya hay muchísimos.