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Confianza, Fidelidad, Venta Cruzada, Comisiones...

Confianza, Fidelidad, Venta Cruzada, Comisiones...
Confianza, Fidelidad, Venta Cruzada, Comisiones... / Redacción Infotaller
Josep Ferro

11 de abril 2014 - 10:11

No recibo @mails ni WhatsApps. Llamadas… pocos valientes usan hoy el teléfono para llamar. He logrado apagar el iPhone! Estaba comiendo con un colega. Una de esas comidas que no sabes si es de trabajo o de placer.

Estamos saboreando un filete de 200g de carne picada todavía sangrienta en el delicioso Burg de Sarriá y me suelta: “Antiguos directivos (que ya no están) diseñaron un modelo perfecto para aquellos tiempos (finales de los 90). ¡Las personas que atendían a los clientes lo colocaban todo! Tenían unos suculentos ingresos basados en comisiones de venta, que no preocupaban a nadie. Unos clientes tenían dinero de sobra, para otros pagaba el renting, y los menos afortunados que no se resignaron a su bajo nivel económico-social y se compraron coches que nunca debieron haber salido de sus sueños, lo financiaban todo”.

Algunos vamos ya poco al pediatra. Nuestros hijos hoy adolescentes nos llevan todos los días al límite con subidas y bajadas hormonales que parecen el DragonKahn (de mí no lo han heredado....). Sigue su discurso añadiendo que no se imagina el pediatra de sus hijos aprovechando la visita al doctor a la que acude por unas quejas del niño de dolor de cabeza.... para colocarle una ortodoncia o unas sesiones de psicólogo. “¡Oiga! Que yo venía solo por el mal de cap". "Nada, nada, tranquilo, y volvamos a lo nuestro.... le ponemos unas plantillas al nene?"

El vino blanco, buenísimo, llegará justo al final de la comida. ¿Por qué 75cl??

Todo ha cambiado y todo seguirá cambiando, a la velocidad del rayo. Cuando nació mi hija, en el siglo pasado, aunque hoy todavía menor de edad, las fotos se revelaban del carrete (AGFA o Kodak) en el Fotoprix. Era una sorpresa saber cuáles habían quedado bien y cuáles no. Vino un hermano pequeño y ya en el XXI apareció otro retoño del que ya tengo centenares de fotos digitales. La generación del 2000 vio nacer las primeras cámaras digitales, de las que las fotos se guardaban en discos Floppy de 5'25 y 3,5 pulgadas y observó cómo los móviles pasaron de cacharros con antena a pequeñísimos dispositivos de baterías infinitas. También vieron la desaparición de Erikson, Motorola y Nokia, y las primeras Blackberrys. Y la desaparición de Macintosh y el renacer de Apple. Disfrutaron del nacimiento de DreamWorks, mucho más moderno y original que el rancio y misógino Walt Disney. Y en nuestro país vieron nacer y desaparecer Operación Triunfo y otros productos de telebasura de grandes audiencias, igual que vieron desaparecer la TV analógica, el VHS y los efímeros TDT. Hoy desprecian la programación de unos televisores planos de 42” que para ellos solo son una pantalla para sus consolas, y prefieren el portátil, la tablet o lo que sea antes que tragar tv indiscriminadamente. Su pirámide de Maslow descansa sobre un ADSL a máxima velocidad, el Facebook y el WhatsApp, y ya no usan el email: les parece troglodita (lo que usan sus padres-madres).

Hay clientes que acuden a sus comercios tradicionales porque reconocen en aquel tipo que les ha atendido siempre a alguien en quien confiar. Nunca les ha fallado. Por cierto... También confiaban en el del banco....y a más de uno le arruinó la vida, nadie lo arregló, y a aquel director, un gentleman, le cambiaron de oficina o le prejubilaron. Leo informaciones serias y muy serias que apuntan a que cada vez más el consumidor está más hasta el gorro de la venta cruzada y del marketing relacional. Lo comprendo. “Por favor... ¡déjeme en paz! ¡La sartén me la compraré donde me dé la gana!”

Hace unos 20 años llegó FNAC a Barcelona. Se instaló a la recién estrenada Illa, en unos antiguos solares semi-abandonados y solo ocupados por el nostálgico Bikini: música en vivo, discoteca y minigolf, fundado en los 50, en aquellos tiempos casi a las afueras de Barcelona. En la época dorada pre-olímpica, con una Barcelona en construcción, a los vecinos nos cayó del cielo una preciosa Illa de 50.000 m2, de la mano de los famosetes de la construcción de la época y de aquella noble Winterthur.... En fin. Recuerdan su primera campaña y sus primeros slogans publicitarios? Lo he buscado y no lo encuentro, pero créanme, tengo buena memoria: "En FNAC ninguno de nuestros trabajadores cobra comisiones de venta".

Se imagina usted el negocio de las 4 ruedas con reglas de juego distintas? Estoy convencido que otro modelo es posible. ¿Quién se atreve a romper las reglas y a diseñar algo que valga de verdad para los próximos 10 años?

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