Hay que echar el freno
La cosa ha cambiado, el mundo ha cambiado, todo ha cambiado. ¿Por qué hemos de caer en la trampa agonizante de la comparación? Somos lo que somos, hacemos lo que hacemos y llegamos donde podemos.
Ahora, eso sí, que quede clarito, todos hemos de partir de cero, no es lícito que unos nos adecuemos a los tiempos que estamos viviendo y otros tengan sueldos millonarios y dispongan de barra libre con sus amistades y aquí no pasa nada; todos hemos de poder competir con las mismas zapatillas, no unos con cámara de aire (1) y otros descalzos (2).
Puede sonar duro, pero los tiempos que tenemos que afrontar son así y sobreviviremos los que sepamos adaptarnos a este cambio, somos humanos y como lo somos hemos sufrido muchísimas evoluciones desde que los primeros homínidos habitaban la tierra.
Se ha de entender que la época de la aceitera y el martillo quedó en el olvido y en el recuerdo, no caben las lamentaciones y hay que seguir adelante. Una vez pisado el freno, cambiado el chip, se ha de volver a pisar el acelerador y seguir adelante.
Formarse, Formarse, Formarse, Honradez, Honradez, Honradez y Salud, Salud y Salud.
(1) Grandes empresas
(2) Talleres
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