Diagnósticos fiables contrarreloj
La trepidante epoca que estamos viviendo cada vez mas me recuerda aquel programa que en la epoca de los 70, TVE emitia los viernes por la noche, el longevo programa controlado por un reloj, “UN, DOS ,TRES, RESPONDA OTRA VEZ”.
Para los que no lo recordéis, os dare una pincelada, los jueces del concurso eran tres personajes Don Cicuta, Don Estrecho y don Racano, bien podriamos compararlos con el entorno y las presiones que tenemos los talleres de hoy dia.Por otro lado estaba el gran presentador cargado de relojes, Kiko Letgart, no se si lo he escrito bien, pero es como a mi me suena, éste vendria a ser el cliente que nos esta proponiendo unos trabajos en su vehículo pero que lo necesita lo antes posible.
Y finalmente estaban los concursantes, a los cuales se les daba un tiempo para responder las cuestiones planteadas, el que más cuestiones resolvía mas dinero conseguía, eso si controlado por un reloj y por los jueces que no dejaban pasar ni un eror.
Bien una vez planteada la anécdota, entraré en la cuestión que me gustaria tratar. Diagnosticar no es una tarea fácil en los talleres de hoy dia, pues la gran cantidad de modelos, la gran cantidad de variables y la diferencia de averias con los mismos síntomas no pueden llevar a errores.Por ello debemos aislarnos, documentarnos, ayudarnos con las máquinas de diagnosis, y tomarnos el tiempo necesario, eso sí sin que este nos reste horas de sueño o de dedicación a nuestras familias para poder emitir un diagnostico lo más acertado posible para poder así intervenir en el vehículo, o bien dar un presupuesto.
Si comparamos nuestra profesión con alguna otra, un diagnostico de un taller mecánico hoy día puede oscilar entre un par de horas, un par de dias o como mucho un par de semanas.
Señores, ya llevo cuatro amigos en cosa de dos años que por unos dolores o por unos síntomas, y tras meses de espera, diagnosticos erroneos, tratamientos sin fundamento, han pasado a mejor vida. No creeis que el porcentaje de error es muy alto.
Srs. Los talleres ni somos tan malos, ni estamos tan mal.