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El despropósito del Plan 2000E

El despropósito del Plan 2000E
El despropósito del Plan 2000E
Carlos Azofra

30 de marzo 2010 - 00:00

Por su interés, comparto con vosotros el artículo remitido a www.infotaller.tv por Juan Mª López Osa, secretario general de AEGA (Asociación de Empresarios de Automoción de Guipúzcoa).

"Que el sector de la venta de vehículos es un sector estratégico en la economía de cualquier país de Europa es algo que está fuera de toda duda.Los Gobiernos europeos así lo entendieron y, desde el primer momento, se pusieron manos a la obra. Todos los hicieron de manera sencilla y eficaz desde el primer momento. Hasta que llegamos a España, que es diferente.

Mientras en Europa, desde el primer momento, se aplicaban ayudas de forma directa para la adquisición de vehículos, aquí se comenzó con el Plan VIVE que era una ayuda financiera que reducía de forma considerable el importe de los intereses de los préstamos concedidos por una entidad bancaria para la adquisición de un vehículo. ¿Cuál era el problema? Que los bancos no daban créditos. Es decir, el Plan no servía para nada. Las ventas seguían cayendo en picado en España mientras en Europa las cosas iban de otra manera. Así, se perdieron unos meses preciosos (hasta mayo del 2009, más o menos) mientras el Gobierno se empeñaba en negar la realidad de un mercado que se desplomaba.

Finalmente, dado que el Plan VIVE era en realidad dejar morir al sector, se puso en marcha el plan 2000E que ya, sí, implicaba ayudas directas para la adquisición de vehículos por importe de 2.000 €. Y aquí, una vez más, España es diferente. Los Gobiernos europeos “serios” habían entendido que una ayuda directa del propio gobierno suponía para las arcas de la Administración mucho más de lo que ponían encima de la mesa y se hicieron planes sencillos y eficaces. Pero en España no. Aquí había que inventar la rueda. Así, el fabricante ponía 1.000 €, el Gobierno central 500€ y los autonómicos, que quisieran adherirse, otros 500€. O sea, un lío de campeonato. Y, además, se puso un cupo, que, obviamente, finalizó mucho antes de lo previsto. Y como la gente no es insensible ni insensata, el buen pueblo, compró coches. Dejaremos las motos para otro artículo porque sería para llorar amargamente. El Plan 2000E supuso un importante aumento de las ventas y cerrar el año con una disminución neta de las matriculaciones de un “18,49”%, en turismos, lo que, dado cómo habían ido las cosas, era un éxito. Pero como el importe de la ayuda global se agotaba, comenzaron las carreras. Los concesionarios habían adelantado dinero y no tenían la seguridad de que fueran a recuperar el importe adelantado, porque, además de agotarse las ayudas autonómicas se precisó un “prorrateo” para adjudicar las operaciones restantes entre los agentes de ventas una vez alcanzado el 70% del importe de la ayuda global distribuida en España. Pueden ustedes imaginarse los nervios y tensión de no saber si se recuperaría el importe adelantado.

Mal que bien llegamos a fin del año 2009 y que si sí, que si no, el Gobierno anuncia una ampliación del plan 2000E para 2010 con una dotación de 100 millones de euros, o, lo que es lo mismo, doscientos mil vehículos para toda España. Y el Gobierno Vasco se adhiere con una dotación de dos millones de euros, es decir, cuatro mil vehículos. Dada la nefasta gestión del plan anterior pensábamos que se aprendería de lo sucedido pero, no, todo puede “empeorar”. Y así, efectivamente, nos encontramos con que, de forma sorprendente, sin aviso previo, eso sí, con contador, se superan las 4.000 operaciones en el País Vasco y adiós al Plan por estos lares, de igual manera que en Cataluña, Valencia o Andalucía. La comunicación había fallado. Y esto es grave cuando afecta a tanta gente.

Pero el Gobierno Central y su entidad delegada FITSA, aún se pueden superar a sí mismos y hacerlo rematadamente mal. La WEB de FITSA se abre el 25 de marzo, tres meses después de ponerse en marcha las ayudas, y, obviamente, todos los distribuidores, que, no lo olvidemos, han adelantado las ayudas, quieren, al menos, no quedarse sin cobrar. Nadie sabe con certeza hasta el último momento el número de operaciones susceptibles de acogerse al plan 2000E. Y aquí llegan los problemas. La web, en el lenguaje técnico “se cuelga”, no funciona. Se satura. Era de prever, pero no se previó. Los concesionarios, sus empleados, trabajando desde primera hora del jueves 25 de marzo y todo el fin de semana a horas intempestivas (hasta las cuatro de la madrugada en algún caso) para tratar de “meter” una operación. Por lo menos las cobradas y con el anticipo efectuado. Porque de las otras, con pedidos en firme pero sin cobrar, aunque ya comprometidas con los clientes, parece que nos tendremos que olvidar.

Ciertamente las ventas han aumentado, si quiera sea transitoriamente. El Plan han supuesto un revulsivo pero a un precio que ha sido o, puede ser, muy alto, en dos aspectos:

1. En términos económicos para aquellos distribuidores que hayan adelantado dinero y que, por no haber adoptado unas medidas cautelares (poco o nada comerciales ante un cliente al que hay que decirle que, si no me pagan, pagas tú), frente a los clientes, se vean obligados a soportar el coste de las ayudas, sean estas de ámbito autonómico o estatal. Aunque hayan cumplido con lo establecido en las disposiciones. Lo que nos lleva al punto 2.

2. En términos de seguridad jurídica y de coste laboral. Es indignante que una empresa tenga que poner a sus trabajadores, con su inestimable apoyo, a meter operaciones a horas en las que el común de los mortales está durmiendo para no quedarse fuera de juego. Desde el 25 de marzo hasta hoy la gestión del Plan es un completo despropósito. ¿Cuál es el problema? Uno, y muy simple, no se pueden arbitrar ayudas de dotación presupuestaria mediante un “cupo” para algo que afecta a toda la ciudadanía y a miles de empresas. Y mucho menos aún con la errática gestión que se ha hecho que, esperemos, no se vuelva a repetir.

Si, de verdad, se quiere potenciar un sector estratégico, como es el de automoción, un plan de estas características no se puede sostener sobre la base de una dotación presupuestaria sino sobre la base de una finalización temporal, se hagan las operaciones que se hagan. No olvidemos que lo que el Gobierno, sea Central o Autonómico, pone encima de la mesa, es una inversión, no un gasto, y que lo que recauda en términos tributarios y lo que se evita de gasto en términos de pérdida de empleo es muy superior a lo invertido. Pero en este País hemos llegado a unos niveles intelectuales que parece difícil rebajar. No obstante, si Vd., amable lector, ha llegado hasta aquí, no se preocupe, todo es superable. La preclara mente de alguno de nuestros próceres ha dado ya por descontado que el pueblo fiel comprará bienes antes del 1 de julio, fecha, en la que, no se olvide, el IVA pasa del 16% al 18%. Así que, dese prisa, que el tiempo pasa volando. Y el que venga detrás que arree."

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