Se necesitan empresarios de la reparación
El sector de la automoción se encuentra en un momento clave de transformación que sin duda afecta y afectará notablemente a la posventa de los próximos años. Si bien los motores de combustión tradicionales tienen todavía mucho recorrido -por mucho que digan o dejen de decir los políticos, desorientando y creando alarmas innecesarias-, es cierto que las nuevas motorizaciones ecológicas (híbridos, eléctricos, GLP…) van haciéndose su hueco en el mercado, aunque es todavía pronto para saber cuáles serán las que llegarán a generalizarse.
A un parque envejecido, donde los coches más antiguos se reparan lo imprescindible para seguir rodando, se unen cada año nuevos vehículos cada vez más complejos, cuyas reparaciones serán más costosas y también más complejas, exigiendo a los talleres una formación técnica extra y una inversión en digitalización a todos los niveles.
La llegada de vehículos más tecnológicos, cuyo máximo exponente sería el vehículo autónomo, supone un gran reto para los profesionales de la reparación, pero puede ser también una gran oportunidad para aquellos que comiencen ahora a plantearse otras vías de negocio. Por ejemplo, especializarse en conversión a GLP o instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos podría ser interesante para determinados talleres que tengan suficientes instalaciones y quieran diversificar sus servicios.
No hay que preocuparse, sino ocuparse. Los cambios llegarán de forma progresiva y los talleres tendrán tiempo de adaptarse al nuevo escenario. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que llevamos años escuchando que el vehículo eléctrico va a transformar la posventa, pero se calcula que, en 2030, menos del 10% del parque español será eléctrico.
En los próximos años, el parque se reducirá y también el número de clientes que lleguen al taller. Permanecer ajeno a la transformación digital y quedarse parado a esperar a que los clientes entren por la puerta cada vez va a ser más arriesgado. Además de atraer y fidelizar a los usuarios particulares, fenómenos crecientes como el renting y el coche compartido (carsharing) convierten a las empresas de flotas en clientes cada vez más importantes para el taller. Habrá menos coches en menos manos, pero estos recorrerán más kilómetros anuales y requerirán por tanto más mantenimientos y reparaciones. Y es que un coche compartido recorre una media de 58.000 kilómetros anuales frente a los 13.500 de uno particular.
Posiblemente esta reducción del parque circulante traiga consigo también una reducción del numeró de talleres, a través de una paulatina selección natural, pero el papel de estos negocios seguirá siendo vital en el futuro. Por eso, ahora más que nunca, el nuevo escenario exige que los propietarios y gerentes de los talleres sean verdaderos empresarios de la reparación, capaces de dirigir el timón de sus compañías y prepararse para los cambios que vienen. Cada año, preparamos durante meses una nueva Ruta del Taller, cuya edición 2020 acaba de salir al mercado, pensando precisamente en este perfil de profesionales de la reparación, que quieren transformarse y adaptarse a lo que está por venir, disponiendo de información seria y fiable para tomar las mejores decisiones. ¿Nos acompañas?
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