Pobres, pobres… La nueva Hispania
La disminución del poder adquisitivo de nuestros clientes es una verdad axiomática. En los últimos meses hemos pasado de vivir a sobrevivir.
Los trabajadores de este estado corrupto hemos reducido nuestro poder adquisitivo el 6,5% en 2012 por el efecto combinado de una reducción de los costes salariales del 3,6% respecto a 2011 y de una tasa interanual del IPC del 2,9% al cierre del año. A esto tendríamos que añadir la subida del IVA del 1 de septiembre de 2012, que elevó el tipo general del 18 al 21% y el reducido del 8 al 10%.
Si sumamos las dos depreciaciones o, como dice nuestro “querido presidente”, “crecimiento negativo” de nuestros bolsillos (6,5 + 3: 9,5%), en un año hemos perdido más del 10% de poder adquisitivo. O, lo que es lo mismo, nuestros billetes de 100 euros ahora valen 90. A esto debemos de añadir que muchos compatriotas rozan o se encuentran en el umbral de la pobreza (el 21,1% en 2012).
Y ahora, pensemos por qué muchos conductores que no pueden renovar sus coches cada vez más viejos montan neumáticos usados, o se compran una lata de lubricante para rellenar el cárter mezclándolo con un aceite oxidado y viejo.
Todos hemos escuchado en algún taller la solicitud de un presupuesto de los neumáticos más baratos, y la pregunta: "¿No tienes de segunda mano?". Según el artículo que InfoCap públicó, un millón de estas cubiertas se encuentran en circulación, aproximadamente el 7% del total de unidades de reposición, aunque se estima que puede ser el doble.
Se están escapando el 15% de las ventas a través de neumáticos usados importados a peso que, en muchos casos, eluden los impuestos. Los fabricantes y sus distribuidoras afines, así como los gestores de residuos (forman todos un oligopolio), no tienen tiempo o no les interesa crear un lobby de presión en la Administración para que esos neumáticos sin garantías sean prohibidos en el mercado español por razones de seguridad.
Hay un primer mercado, el de neumáticos garantizados, y otro paralelo sin control de neumáticos usados, principalmente para países del sur de Europa. Mientras tanto, las multinacionales, principales causantes del problema medioambiental global, mantienen su mercado mediante diferentes estrategias:
- El euro-pricing: un precio de venta del cual no pueden bajar para mantener su beneficio. Eliminando los precios transnacionales y los movimientos en la Unión Europea para obtener un mercado único.
- Su producción controlada hace que aumente la demanda sobre la oferta como baluarte defensivo del precio.
- Este tipo de producción bajo demanda hará que comuniquen a sus clientes en la cadena de valor (distribuidores y talleres) que el precio del caucho ha subido y que ellos también tienen que elevar los precios por el encarecimiento de las materias primas. Y es aquí donde recuperan su margen de beneficio en el mercado de la reposición.
Las multinacionales siguen sin entender que tienen que humanizar su funcionamiento. Enfocar sus beneficios hacia acciones responsables como es presionar por razones de seguridad hacia una venta única de neumáticos nuevos que cumplan esos estándares de seguridad europeos.
A su vez, es necesario desarrollar una estrategia sostenible de precios que facilite el acceso al neumático nuevo a todo tipo de consumidores con diferentes gamas de productos y precios. Para, entre otras consecuencias, reforzar la producción europea de neumáticos evitando la importación de neumáticos asiáticos y aumentando la responsabilidad social corporativa de las empresas, y garantizar seguridad a los usuarios.
Parafraseando a Bigas Luna, España es un país en el que cuando consideramos algo bueno o superlativo, lo repetimos dos veces. De ahí: jamón, jamón... Café, café... Pobres, pobres...
Oh, Yahveh! Haz que la industria evolucione y empiece a crear productos pensando primero en sus clientes, después en el tipo de producto y, al final, busque una ecuación sostenible para los márgenes. Amén.