Reflexiones de una tarde de verano
Digamos 'no' en más ocasiones, anticipemos intervenciones, planifiquemos mejor haciendo más cuando se puede.
Escribo estas líneas a esas horas en las que tendría que estar camino de casa, y si así fuera llegaría especialmente tarde. Es julio y ha sido un día complicado en el taller, de esos habituales en estas fechas en los negocios de este sector. Y antes de marcharme he querido responderme a la pregunta, ¿por qué año tras año nos pasa lo mismo?
Reflexión 1: La carga de trabajo
La agenda está muy muy apretada, por suerte hay esa agenda y cual trabajo de ingeniería relojera, tratamos de unir engranajes para que todo vaya rodado y evitar imprevistos, pese a todo los hay. Cliente citado el lunes, se presenta el martes y echamos a correr para que todo salga, ¿por ejemplo? ¿O bien el lunes una hora más tarde de lo citado, le llamamos y si no viene en ese momento le reagendamos para el siguiente espacio disponible? ¿O le damos las riendas de nuestro negocio y nuestro tiempo y permitimos que su despiste nos rompa los esquemas?
¿Podríamos decir que por falta de proactividad en este sentido hay un x% de sobrecarga? Pongamos un 5% sólo.
Reflexión 2: Dejar tareas concretas para estas fechas
Podemos poner varios ejemplos, pero hay uno que es recurrente en estas fechas, los problemas con los aires acondicionados.
En enero, febrero, marzo, octubre, noviembre… hacemos revisiones, distribuciones, frenos, y cosas varias a vehículos que pasan ciertas horas en nuestros talleres, de buenos clientes, a los que no les encendemos el botoncito del A/A, y a los que no les comprobamos si sale fresquito o no.
En abril y mayo no lanzamos un post en nuestras redes sociales proponiendo una revisión de filtro de polen (vaya a ser que vendamos alguno), ni les decimos “avánzate al calor y pasa a que hagamos un chequeo al funcionamiento de tu climatización). Y esas cargas que sí haremos en verano, ¿les ponemos detector de fugas a todos y les decimos, pásate a fin de septiembre para que verifiquemos si el gas fuga?
No sé a vosotros, pero a mi me gusta más cambiar compresores y condensadores en marzo y en noviembre que el 26 de julio a la carrera. Y es solo un ejemplo, tenemos muchos más trabajos que podemos gestionar en otros meses y no hacer tapón.
Pongamos que es otro 5%.
Reflexión 3: Mi taller de confianza no puede o está cerrado de vacaciones
Y en un alarde de generosidad y optimismo, pensando “si esta vez se lo hago yo, se quedará conmigo para siempre”, metemos el coche, a veces lo colamos delante de clientes habituales, se lo apañamos baratito, y nunca más se supo…
Según los estudios, hasta la 3ª ocasión el cliente no se “olvida” de su anterior proveedor. Si te das la oportunidad de iniciar el “cortejo”, pues leches, que sea eso, un “cortejo”, sorpréndele y asegúrate de darle algo que no le dé otro, pero por favor, que no sea precio. Si no tienes nada que darle, pues serás solo, un amor de verano.
De nuevo, un 5% más.
Reflexión 4: El que te vende el problema
A veces lo confundimos con el anterior, tienen cierta relación, solo que el anterior tiene una cierta desesperación por encontrar quién le atienda, y este lo tiene claro, te ha elegido a conciencia. Sabe que como en anteriores ocasiones te va a vender su problema, y tú, con esa capacidad de dar un servicio brutal que tienes, se lo comprarás. Le harás el coche de nuevo en fechas complicadas y se irá.
De nuevo lo verás en un tiempo, con 35.000 km. más, no le habrás hecho mantenimientos, frenos ni ruedas, eso se lo hace su cuñado, su primo, el autocentro o el ilegal, quizás en aquel momento te atrevas a decirle “yo solo marrones o ¿tú y yo nos podemos entender?”. Según lo que te diga pues decide si le dirás que NO alguna vez.
Estos me atrevería a decir que son más de un 5%, pero de nuevo, vamos a dejarlo así.
Reflexión 5: Trabajamos peor, ganamos menos
Será por los favores, por ser barato para captar, o por que como tenemos menos tiempo, miramos menos los vehículos, dejamos pasar cosas y tenemos menos tiempo para escuchar a nuestros clientes y venderles menos, pero los datos que manejamos nos dicen que el ticket medio en estas fechas cae de un 9% a un 12%.
Facturamos más, eso lo sabemos todos, pero peor y con menos margen. Lo curioso es que esos 5% anteriormente comentados suman un 20% de paso por taller, no siempre deseado y provocan una caída de ticket, caída de atención y subida brusca de nuestro estrés, de las horas que tenemos que trabajar y de nuestro agobio.
Digamos NO en más ocasiones, anticipemos intervenciones, planifiquemos mejor haciendo más cuando se puede y ahora, disfrutemos de nuestros amigos, familias e hijos que los tenemos en casa y crecen muy rápido.
¡Felices y merecidas vacaciones!