¿Quién es caro, el mecánico o el taller?
El taller es caro. No le deis más vueltas. Es caro porque los precios de las piezas y de la mano de obra son altos, en muchos casos exagerados. Y es caro porque no conozco a ningún cliente que disfrute desprendiéndose de dinero por algo que no le genera ninguna satisfacción.
Derrochamos miles de horas en debates analizando el futuro de los talleres y concesionarios, el coche eléctrico, el car sharing, la contaminación… muy interesante. ¿Sabes qué? Mientras esto no llega, tenemos millones de vehículos convencionales circulando por las calles. Y cada año tendríamos que intentar vender algunos cientos de miles más que el año anterior y poner rumbo al rejuvenecimiento de un parque que, en España, no supere de media, por ejemplo, los 10 años de antigüedad, y que nos saque de la cola de los países más modernos de Europa.
Y la calidad… está bien que midamos la calidad. Claro que sí. Pero ¿sabes qué? Ofreciendo una mala calidad a tus clientes solo sobrevivirás en tu entorno si estás solo. Conozco talleres y concesionarios a los que da vergüenza acercarse. Sucios, viejos, caros y malos ¿y qué? Su competencia está lejos y son igual de malos. O quizás son ellos mismos con otro nombre.
Recientemente leía en la red acerca de lo caros que son los mecánicos, la poca confianza que generan, que si solo quieren colocar piezas que en realidad no eran necesarias, que si es tan frecuente tener que volver a ir por lo mismo y tantas más.
Señores: el taller es caro. El mecánico no es caro. ¿A nadie se le ha ocurrido hacer una campaña en favor de la visualización del buen trabajo que hacen los mecánicos? Igual que hemos hecho con el cliente durante años, poniéndolo en el centro, ¿podemos hacer algo parecido con el mecánico? Hay mecánicos de todos los tipos: sabios, muy buenos, buenos, implicados, escaqueados, malos, muy malos y cambia-piezas. Este no es el tema. El tema es que no conozco ningún mecánico, esos que se meten debajo de tu coche, que tenga un sueldo que se acerque a los 50.000€ brutos al año.
La imagen que da un porcentaje elevadísimo de talleres de caro, lento, de colas y esperas interminables, es culpa siempre de la organización. Directivos que quieren ocupar el 100% de las horas disponibles con horas productivas, que quieren alcanzar los objetivos de recambios, y claro, que no haya reclamaciones. Ya. Yo también. Al cliente le cobramos todo lo que podemos y más, que luego ya haremos descuentos a los rentings y aseguradoras.
Y venga, a presionar a los equipos (esos a los que luego les damos formación, coaching, les motivamos con los cuentacuentos de siempre) imponiéndoles unos objetivos inalcanzables, de los que depende su sueldo a final de mes. ¡¡Qué modelo tan moderno, señores!!
Mis sugerencias:
¿Abrimos un debate un poco más original? Además de dar una imagen de taller limpio y moderno… ¿giramos la vista y miramos al mecánico?, ¿diseñamos planes de acción y marketing enfocados a que los clientes dejen de ver el Taller como un casino donde la tragaperras siempre gana?