Talleres con IVA, por favor

Talleres con IVA, por favor / Redacción Infotaller
Angel Palacios

25 de julio 2012 - 18:36

¿Aumentará el número de “talleres” ilegales con la subida en septiembre del tipo de IVA aplicable en las reparaciones de vehículos? Es una pregunta reiterada en los foros del sector de la posventa, promovida desde las propias asociaciones, que albergan pocas dudas sobre el negativo impacto de la medida, no sólo en la actividad de las empresas, sino sobre todo en la proliferación del fraude. Lo que faltaba para enturbiar más una situación de mercado que no ha mejorado, como en años anteriores, con las tradicionales revisiones previas a las vacaciones de verano.

Me niego a sumarme a esa corriente que alienta la idea de regatear las normas/imposiciones que dicta Hacienda, por mal que me pese y no me falten ganas de ello. Antes del anuncio del aumento del IVA, ya me dejó bastante perplejo que un estudio reciente, promovido por GT Motive y Cetraa, dejara en evidencia que el 15% de las intervenciones hechas por los talleres (legales, se supone), no terminen con la correspondiente factura en el bolsillo del cliente. La factura es el documento que, al margen de su repercusión fiscal, garantiza las reparaciones e informa al usuario de los trabajos realizados. Es decir, la que otorga transparencia al taller y seguridad al cliente. El taller tiene que ser el primer interesado en transmitir a su cliente los beneficios de la emisión de la factura. Las cuentas, siempre claras

Si por la subida del IVA se van a dejar de emitir facturas en los talleres, se corre el riesgo de volver a tiempos oscuros y lejanos, donde la caja B relucía de hermosa en muchos negocios de la posventa (no sólo talleres, eh). Tiempos que creíamos superados, y que amenazan con regresar, aunque ahora los controles sean más rigurosos (eso quiero creer) y defraudar por esta vía resulte más complicado.

Si el problema de IVA al 21% es el encarecimiento del precio de los servicios prestados, deben ser los talleres quienes, desde la más estricta legalidad, actúen para que esos agobiantes tres puntos más del impuesto no arruinen su viabilidad. Para que no suba el precio final de las reparaciones habrá que gestionar con mimo los márgenes comerciales, seguir insistiendo en la contención de gastos superfluos y asumir y reaccionar ante el hecho de que hay más clientes que cambian de taller por una diferencia de 20 euros. Ahora por el IVA, pero antes con cualquier otra excusa. Ah!, y que la Administración recaudadora del tributo dedique también esos recursos obtenidos por el IVA de los talleres a combatir el fraude y el daño producido por los ilegales. Que de lo contrario, aparte de cabreados, se nos va a quedar cara de tontos a todos.

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