Recursos inhumanos o cómo ser un campeón

Mi formación en recursos humanos me ha sido de mucha utilidad, no sólo para trabajar con mi equipo, si no para tratar de tú a tú a cualquier persona que se sienta conmigo en una mesa para llegar a un acuerdo. Bueno mejor dicho, de persona a persona. Proveedores, clientes, compañeros, jefes, etc., no menosprecio a nadie, negocio defendiendo mis intereses pero sin asfixiar, ni cuando me encuentro en la mejor posición para negociar.

¿De qué me vale un proveedor arruinado, un cliente engañado, un compañero desconfiado o un jefe confiado? De nada. Eso es engañarme a mí mismo y esas negociaciones nacen con fecha de caducidad del día siguiente.

No tengo orgullo, no tengo honor, mis valores, no sé, lo importante es saber tratar con los demás y tener la conciencia tranquila. Me olvido de su puesto, posición o condición, siempre con dignidad y sabiendo que cada uno tenemos nuestros intereses.

En esta guerra diaria que se está convirtiendo llevar un taller adelante cada día, te das cuenta que mucha gente ha perdido los modales y las formas. Algunos confunden negociación con imposición, pensando que siempre estarán en la misma posición de fuerza. Nada más lejos de la realidad, si algo he aprendido en esta crisis, es que todo puede pasar, hoy estamos aquí, pero mañana no sabemos.

Por eso hay tanto campeón suelto. Van a tu taller con la lección aprendida, se saben el discurso al dedillo, es como una doctrina para ellos, aunque algunos ponen de su parte para ser más campeones. Sueltan su parrafada a quien sea, sin saber que el que está delante está curtido en mil batallas, ha trabajado en situaciones extremas o ha hecho magia para llegar a fin de mes.

Se van con una sonrisa pensando "vaya gol que les he metido a estos ignorantes", cuando en realidad han perdido por goleada. Antes de llegar al coche van llamando a sus jefes para contarle lo buenos que son, y este "muy bien campeón ya has conseguido arruinar a otro taller"

¿Te gustan los inhumanos?