Enfermos de taller
Corre por nuestras venas; intentamos controlarlo pero resulta imposible. Nos hace caer en contradicciones, pero el corazón siempre supera a nuestra mente. Parece dormido pero cuando menos te lo esperas se manifiesta y activa nuestra pasión.
Pablo de Talleres Paco Valdelvira en Dos Hermanas (Sevilla), Tomás de Talleres Ataz e Hijos en Murcia, Ángel y José de Talleres Pedro Madroño en Talavera de La Reina (Toledo) y yo mismo en Alicante, todos tenemos algo en común, tenemos un virus, estamos enfermos de taller.
Nuestros debates suelen estar llenos de lamentaciones y quejas, cuantas veces hemos dicho “lo último que yo montaría sería un taller”, pero nuestros actos nos dejan en evidencia. Entre queja y queja siempre estamos pensando en cómo ser mejores. Vueltas y vueltas a los procesos, cómo ganar unos minutos aquí, cómo ahorrar unos euros allí, pongo los coche aquí y me ahorro un giro, o cómo junto a estos para formar el equipo perfecto.
Buscamos la cuadratura del círculo, pero es solo una excusa: el día que lo encontremos pondremos otro objetivo, no sabemos vivir sin buscar la excelencia. Somos talleres expertos, expertos en reparar coches, pero a la vez expertos en obras, en permisos, en tasas, medidas contra incendios, en traslados, en aperturas, en hacer agujeros en el suelo o en el techo, en pelear con ingenieros o con burócratas, en hacer cola para obtener un papel y expertos en negociación para conseguir que el pintor, el albañil, el fontanero y el electricista se pongan de acuerdo. Lo primero por pasión y todo los demás por obligación.
Viéndolo desde fuera y en los tiempos que corren podría parecer una locura e incluso seguro que todos nosotros en algunos momentos de lucidez, no nos creemos que nos hayamos embarcado en ello. Pero lejos de conformarnos y ahogarnos en nuestros lamentos, todos tenemos nuevos proyectos, unos ya en marcha y otros en proceso, nos puede nuestra pasión por reparar coches por muchos palos que nos den.
A Pablo se le ha quedado pequeño Dos Hermanas y ha decidido dotar a Sevilla de un gran taller y todo lo que ello conlleva. Como bien dice no hay buen carrocero que no sea cristalero y lo demuestra cada día. Meticuloso con la organización y experto en analizar datos, nada se escapa a su buen juicio. Con sus dos talleres aportará mucho a nuestro sector. Sufre como el que más dando vueltas y vueltas a cada proceso, siempre buscando mejorar, nunca es suficiente.
Tomás, creo que es una de las personas que más sabe de talleres. Pionero en el concepto de la profesionalización de la atención al cliente. Su centro de atención y peritación exclusivo en Molina del Segura, expresa una forma diferente de entender el taller, producción y clientes no tienen por qué estar juntos. Murcia y Molina del Segura conectados por un gran servicio. ¡Y cómo canta!
Ángel y José, cuando uno entra a su taller nota algo diferente, esto es un taller con mayúsculas y lo digo por experiencia. Cada detalle importa y mucho. Todo está cuidado y mimado hasta su última expresión. Buen ejemplo de empresa familiar, conforma un gran equipo. Son inquietos y eso les hace estar siempre en lo último. Y lo último es su nuevo centro en Toledo, desde Talavera exporta su modelo a la capital. ¡Qué suerte tiene Toledo!. Madroño es garantía de un gran trabajo.
Yo nunca estoy satisfecho. Me acuesto y me levanto con la misma idea: cómo hacer mejor al taller, conseguir un engranaje perfecto para una máquina perfecta. Estamos arrancando en nuestras nuevas instalaciones, hemos decidido separar los procesos, con la intención de dar una mejor atención y una recepción y entrega totalmente separada de la producción.
Pues si, sin ponernos de acuerdo todos hemos metido los dos pies en el fango, ya no podemos dar marcha atrás, ganaremos más o menos pero nadie nos podrá quitar la ilusión de vivir de lo que más no gusta, reparar coches.
¿Aún dudáis de que no estamos enfermos?