Codificación, adaptación y ajuste básico de las UCE
Con esta entrada se inauguran una serie de artículos dirigidos a los profesionales del diagnóstico y reparación del automóvil. El blog nace con la vocación de compartir la experiencia adquirida en más de 25 años de diagnóstico y documentación de averías. El contenido de cada entrada se centrará en un área tecnológica en concreto, alrededor de la cual, se hará un recorrido histórico de su evolución y se comentarán las anomalías más frecuentes.
Los fabricantes de automóviles comenzaron a utilizar las unidades de control en gestión del encendido e inyección del motor. Posteriormente, las funciones se apliaron con la gestión de la seguridad activa (dinámica de frenada del vehículo) y pasiva (sistema de protección de ocupantes), de la caja de cambios automática, para terminar utilizándose en todas las funciones del vehículo, incluídas las de confort e infontenimiento.
La irrupción de la comunicación multiplexada permitió la participación de diferentes unidades de control en una misma función de gestión, además de un considerable ahorro en peso y en costes de cableado. Los diferentes protocolos de bus de datos permiten el intercambio digital de datos entre varias unidades, incluso si las unidades implicadas en la función a gestionar forman parte de diferentes redes gracias a las unidades pasarela/gateway.
La necesidad de adaptar la programación de la unidad de control a las características del vehículo y del sistema gestionado, así como de establecer el rango de valores de alguno de sus sensores, exige que el personal especializado del taller de reparación disponga del nivel de conocimiento y los medios necesarios para la realización de los procedimientos que se describen a continuación:
- La codificación de una unidad de control determina las características principales de la configuración del vehículo, como el modelo en el que va motada, el tipo de motor o la arquitectura de sistemas como el de transmisión (tracción simple o 4x4) o suspensión (suspensión tradicional, neumática, con regulación de dureza...).
La codificación se realiza después del montaje de unidades de control nuevas, aunque también puede ser necesaria después de un cambio de batería o un problema de alimentación eléctrica.
La codificación puede ser un código alfanumérico de varios dígitos, un número, o más recientemente, una elección de bits de lista larga.
- La adaptación es la función que tiene por objeto modificar algunas de las características de equipamiento (incorporación o no de antinieblas, asientos eléctricos, etc), y en otros casos, variar los límites del rango de actuación de un sistema (la sensibilidad de los sensores de control de distancia de aparcamiento, los intervalos de mantenimiento, etc.)
- El ajuste básico permite memorizar los valores límite del rango de actuación de la unidad de control del sistema diagnosticado, el cual generalmente está vigilado por un sensor de posición, para así posibilitar un control eficiente de la activación de mando del mismo.
La función contraria al ajuste básico es el restablecimiento de valores, consistente en el borrado de parámetros memorizados, para que la unidad de control inicie de forma autónoma un nuevo registro de valores autoaprendidos. Éste último es un procedimiento que se realiza habitualmente en algunas gestiones electrónicas de motor.
Las incidiencias relacionadas con estos procesos son variadas, y la forma de proceder para resolverlas será diferente en cada caso concreto. La sintomática determinará cuál es el procedimiento a seguir. La no realización de los procesos en unos casos, y una ejecución errónea en otros, puede tener multiples consecuencias, que pueden ir desde funcionamiento errático de un sistema hasta la imposibilidad de puesta en marcha del motor.
El ejemplo de ajuste básico por autonomasia es el que se debe realizar después de una limpieza o sustitución de la mariposa motorizada de admisión en los modelos de gasolina del grupo VW, que se describe a continuación. Los procesos se realizan de dos modos diferentes en función del tipo de los terminales disponibles y del vehículo diagnosticado:
- Diagnóstico mediante función guiada.
- Proceso original mediante bloques, seleccionando dirección de la unidad de control, función a realizar y canal. Habitual en vehículos del grupo VAG
Emulando la forma de proceder del instrumento original, en las siguientes líneas se describe el procedimiento completo de ajuste básico de la mariposa motorizada de admisión mediante bloques.
Si las condiciones para el ajuste básico se cumplen (motor parado, consumidores eléctricos desconectados, sin averías en emmoria, etc), utilizar el terminal de diagnóstico para comunicar con la unidad de control motor. Efectuar un borrado de averías y proceder del siguiente modo:
Seleccionar la Dirección de diagnóstico 01, relativa a electrónica del motor, donde ejecutar las siguientes funciones:
-Función 02: Lectura de averías.-Función 05: Borrado de averías.-Función 04: Ajuste básico.
Seleccionar el Canal 60 o 98 para ejecutar la opción de ajuste básico de la mariposa motorizada.
La mariposa de admisión iniciará un movimiento de apertura y cierre en el que la unidad de control motor memorizará las posiciones límite de apertura y cierre por medio del sensor de posición.
Para completar la muestra introductoria de cada uno de los procesos descritos, en los documentos adjuntos se facilitan cuatro casos representativos de la actividad diaria de asistencia y documentación extraidos de la plataforma averiasresueltas.com:
- https://www.averiasresueltas.com/llave-nueva-motor-no-arranca/
- https://www.averiasresueltas.com/como-codificar-la-uce-de-columna-de-direccion-j527/
- https://www.averiasresueltas.com/indicador-temperatura-aceite-muestra-valor-minimo/
Los casos expuestos ponen en evidencia las exigencias que se derivan del nivel tecnológico de los vehículos actuales y nos hacen tomar conciencia de las necesidades de información del personal del taller. Disponer de una base de datos amplia y con vocación formativa permitirá afrontar el diagnóstico y los procedimientos de reparación con mayor confianza, tanto en los ajustes básicos más rutinarios como en incidencias de mayor dificultad.
¡Manos a la obra!
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